Se estima que en México hay aproximadamente 52 millones de mexicanos que padecen sobrepeso y obesidad, esto los posiciona en riesgo de padecer hígado graso y otras enfermedades hepáticas como cirrosis y cáncer de hígado.
Aunque la mayoría de las enfermedades hepáticas son relacionadas con el consumo de alcohol, el hígado graso es provocado en un 90% por el Síndrome Metabólico, esto se refiere a la cantidad de grasa abdominal acumulada, al colesterol, los triglicéridos y a la presión arterial alta. En muchas ocasiones puede no presentar síntomas, sin embargo se está en riesgo de desarrollar enfermedades graves.
El doctor Raúl Morín, fundador de la Asociación Mexicana para el Estudio de la Obesidad comentó “Ya es momento de ocuparse de su hígado, con una dieta adecuada y preguntando a su médico por lo estudios clínicos que definan el diagnóstico, así como la terapia integral que le permita tener una mejor calidad de vida y un curso del padecimiento más controlado”
Una de las funciones del hígado es guardar una cantidad de grasa para prever el ayuno prolongado, el problema está cuando consumimos grasas saturadas, comida chatarra y bebidas endulzadas con fructuosa porque esta grasa se hace tóxica.
Un mexicano que toma poco refresco consume por lo menos 160 litros al año, estas bebidas requieren muchas vueltas metabólicas para ser procesadas; pero no somos de los que nos tomamos un vaso de refresco y nos esperamos a que sea procesado, nos lo tomamos y lo acompañamos de unas garnachas. Esto hace que el hígado almacene grasa de más, que de no ser atendido causa inflamación, luego se empiezan a formar costras o lo que conocemos como cirrosis y finalmente carcinomas o cáncer. El hígado tiene la capacidad de recuperarse hasta en un 90% sólo hay que darle la oportunidad y las condiciones de hacerlo evitando el alcohol, el cigarro y procurando las actividades físicas e higienico-dietéticas.
Las dietas que a veces realizamos con la finalidad de bajar de peso pueden ser contraproducentes, pues si nos privamos del comer el hígado guarda más grasa de la que requiere previendo el ayuno. Sin embargo si ingerimos alimentos 5 o 6 veces al día, cuidando las porciones y vigilando que sean alimentos balanceados el propio trabajo intestinal quema calorías y provoca que bajemos de peso.
Si consideramos que actualmente nuestros adultos mayores requieren de una inversión al sector salud de millones de pesos, logramos imaginarnos siquiera cuánto costará pensionar a todos los niños por los que actualmente tenemos el primer lugar en obesidad infantil, eso aunado a tratar de costear todas las enfermedades que de la obesidad se derivan.
El tratamiento para controlar un hígado no tan enfermo son unas vacunas que en promedio tienen un costo de cinco mil pesos semanales, añadiendo las consultas constantes, estudios y posibles complicaciones que pudieran existir. Para un paciente con cirrosis los costos se incrementan hasta en 108 mil pesos anueles.
Recientemente salió al mercado un medicamento que promete ser un antioxidante directo para el hígado, reparar y estabilizar sus células, activar su regeneración evitando la fibrosis y prevenir su inflamación. Pero lo más importante es hacer conciencia de nuestro cuerpo y vigilar con más atención nuestra dieta. Porque todos los padecimientos que conlleva la diabetes son innecesarios y sobre todo prevenibles.