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En México, la diabetes continúa siendo una de las principales causas de discapacidad, mortalidad y pérdida de calidad de vida. En 2024, el país se posicionó en el octavo lugar a nivel mundial en número de adultos con diabetes —13.6 millones de personas entre 20 y 79 años—, y se estima que para 2050 la cifra aumentará a 19.9 millones.
Una de las complicaciones más graves y frecuentes de esta enfermedad es el pie diabético, una condición que puede derivar en úlceras, infecciones severas e incluso amputaciones si no se detecta y trata oportunamente. En el marco del Día Mundial de la Diabetes, conmemorado cada 14 de noviembre, especialistas hacen un llamado urgente a reforzar las medidas de prevención y cuidado de los pies.
“El pie diabético es una complicación silenciosa pero potencialmente devastadora. La mayoría de los pacientes no siente dolor debido a la neuropatía y detecta las lesiones demasiado tarde”, explica el Dr. Conrado Polanco Ortíz, director médico de Esteripharma®. “La revisión diaria de los pies tanto de vista como de tacto, la higiene adecuada, el uso de calzado apropiado y la atención médica inmediata ante cualquier anomalía pueden marcar la diferencia entre una recuperación favorable y una amputación”, detalla.
De acuerdo con el Sistema de Vigilancia Epidemiológica Hospitalaria de Diabetes Mellitus Tipo 2 (SVEHDMT2), la revisión de pies es la segunda práctica de seguimiento más frecuente en los pacientes con diabetes tipo 2, después del examen general de orina. El registro indica que el 23.6% de los pacientes tuvo al menos una revisión en el último año, 26% en el último mes, 16.3% hace más de un año y 32.2% nunca la ha tenido, lo que evidencia un importante reto de atención y monitoreo.
Estas lesiones, si no se tratan oportunamente, pueden complicarse rápidamente debido a la mala circulación y la disminución de la respuesta inmunológica, factores que dificultan la cicatrización.

El 70% de las úlceras de pie diabético que permanecen abiertas después de 20 semanas de tratamiento presentan un pronóstico desfavorable cuando hay isquemia o infección. Se estima que la infección está presente en casi el 60% de los casos, siendo la principal causa de amputación.
Frente a este panorama, el Dr. Polanco Ortíz, experto en el tratamiento de heridas agudas y crónicas, recomienda el uso de soluciones electrolizadas de superoxidación (SES) con pH neutro, ya que actúan como auxiliares antimicrobianos de amplio espectro, eliminando bacterias, virus y hongos sin dañar las células esenciales del tejido. “Las SES favorecen la regeneración y cicatrización, no generan resistencia bacteriana y son seguras para uso prolongado. Mantener la herida limpia, bajo control médico y con antisépticos con respaldo científico puede acelerar la recuperación y evitar amputaciones”, subraya.
El especialista enfatiza que cada lesión debe tratarse como una urgencia médica, por mínima que parezca. “Mientras más pronto se actúe, mejores serán los resultados. La detección temprana, el control glucémico y el uso de tecnologías seguras pueden marcar un antes y un después en la vida de las personas con diabetes”, concluye.





