Hoy en día, los dispositivos electrónicos se han convertido en una parte integral de nuestra rutina y estilo de vida, facilitándonos la comunicación, el aprendizaje, las actividades profesionales y el entretenimiento.
Sin embargo, el uso excesivo y prolongado de estos dispositivos puede tener un impacto negativo en la salud visual, especialmente en los niños y adolescentes, quienes todavía continúan en un proceso de desarrollo fisiológico.
Según datos de la OMS, se estima que al menos el 30% de la población infantil global, requiere de una corrección óptica, la cual de no ser atendida en tiempo puede perjudicar el rendimiento académico llegando a confundir inclusive este bajo rendimiento con algún otro tipo de trastorno como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Debido al padecimiento visual que pueden sufrir los menores y al no saber reconocer alguna anomalía en su sentido de la vista, es difícil identificar de manera puntual y oportuna algún síntoma, provocando que el rendimiento en la escuela baje gradualmente, desvíe la atención de los infantes en clase y ocasione el realizar diferentes actividades o inclusive pasar más tiempo en los dispositivos electrónicos, lo que puede ocasionar mayor daño en la visión de los infantes a consecuencia de la luz azul.
Aun cuando la luz azul natural del sol es beneficiosa durante el día, ya que regula nuestro reloj biológico y mejora el estado de alerta, la exposición excesiva a la luz azul artificial de pantallas como teléfonos móviles, tabletas, computadoras y otros dispositivos, especialmente durante la noche, puede tener efectos contraproducentes tanto en la salud visual como en el desarrollo y bienestar general; más ahora que estos dispositivos se han implementado como herramienta de aprendizaje en algunos institutos para el regreso a clases.
A continuación, algunos efectos de la luz azul ante el uso prolongado de dispositivos electrónicos durante los periodos de estudio y de entretenimiento:
· Fatiga visual: La luz azul puede causar fatiga ocular, lo que se traduce en sequedad, irritación y visión borrosa.
· Daño a la retina: Estudios sugieren que la exposición prolongada a la luz azul puede aumentar el riesgo de daño en la retina a largo plazo.
· Alteración del sueño: El uso nocturno de dispositivos electrónicos puede interferir con la producción de melatonina, una hormona que regula el sueño, lo que dificulta conciliar el sueño y tener adecuado descanso.
· Trastornos relacionados con la atención: Un estudio realizado en Canadá demostró que los niños que pasan más de dos horas por día frente a una pantalla son ocho veces más propensos a tener TDAH que aquellos que tienen un menor tiempo de pantalla.
· Obesidad: Pasar demasiado tiempo frente a una pantalla implica que el niño dedica menos tiempo a actividades más saludables al aire libre, lo cual puede aumentar el riesgo de obesidad infantil.
Aun cuando el escenario anterior pudiera ser abrumador, existen prácticas y sencillas soluciones para el uso responsable de dispositivos electrónicos que podrían considerarse en este regreso a clases.
· Establecer horarios: Fijar y respetar horarios para el uso de dispositivos electrónicos a lo largo del día, y evitar el uso de pantallas al menos una hora antes de dormir.
· Control parental: Actualmente existen diversas configuraciones de Control Parental que permiten limitar el acceso a contenido no adecuado para los menores de edad y restringe el uso de los dispositivos según el tiempo a considerar.
La Asociación Mexicana de Oftalmología Pediátrica recomienda restringir por completo el uso de pantallas a bebés de 0 a 24 meses, limitar el uso a 1 hora al día, a infantes de 2 a 5 años y para niños de 6 años en adelante, establecer límites de exposición.
· Descansos frecuentes: Promover descansos cortos y regulares durante el uso prolongado de dispositivos para reducir la fatiga ocular, además de considerar las distancias recomendadas entre el ojo y la pantalla según el tipo de dispositivo: smartphone (30cm), tableta (40cm), monitor(50cm).
· Filtro de luz azul: Instalar aplicaciones o activar el modo de filtro de luz azul en los dispositivos electrónicos para reducir la emisión de luz azul durante la noche.
· Actividades al aire libre: Promover actividades al aire libre y otras formas de entretenimiento que no involucren el uso de dispositivos electrónicos para equilibrar el tiempo de pantalla.
Algunas condiciones sociales pueden limitan el esparcimiento y recreación de los niños al aire libre, sin embargo, pueden llevar otro tipo de actividades en casa como juegos de mesa, estos además de ayudarles a cuidar sus ojos, ayudan al desarrollo de diferentes capacidades mentales, motoras y sensoriales además les permite trabajar continuamente en la concentración la memoria y la imaginación.
· Exámenes oculares regulares: Llevar a niños y adolescentes a exámenes oculares regulares para detectar y tratar problemas visuales oportunamente y no perjudicar el rendimiento escolar por algún error refractivo.
De acuerdo con el Dr. Juan Manuel Cardoso, director médico de Laboratorios Grin, durante este regreso a clases, es importante fomentar el uso responsable de los dispositivos electrónicos y acudir con el médico especialista a un chequeo de rutina para mantener una óptima salud visual y bienestar general en niños y adolescentes.