El pasado 25 de mayo de 2018 en la 71 Asamblea Mundial de la Salud los delegados trataron entre otros temas: salud digital; medidas para la reducción de mordeduras de serpientes; un Plan de Acción mundial para la actividad física; aprobaron una resolución para mejorar el acceso a las tecnologías de asistencia: mejoras para el reglamento sanitario internacional; avances del Marco de Preparación para una Gripe Pandémica y convocan a una respuesta mundial para la atención de fiebre reumática y cardiopatía reumática.
Salud digital
Reconociendo el potencial de las tecnologías digitales para desempeñar un papel importante en la mejora de la salud pública, los delegados acordaron una resolución sobre la salud digital. En la resolución se insta a los Estados Miembros a que den prioridad al desarrollo y a una mayor utilización de las tecnologías digitales en el ámbito de la salud como medio de promover la cobertura sanitaria universal y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En la resolución se pide a la OMS que elabore una estrategia mundial sobre salud digital y apoye la ampliación de estas tecnologías en los países mediante la prestación de asistencia técnica y orientación normativa, el seguimiento de las tendencias y la promoción de las mejores prácticas para mejorar el acceso a los servicios de salud.
En la resolución también se pide a los Estados Miembros que determinen las esferas prioritarias en las que se beneficiarían de la asistencia de la OMS, como la aplicación, evaluación y ampliación de los servicios y aplicaciones de salud digital, la seguridad de los datos y las cuestiones éticas y jurídicas. Entre los ejemplos de tecnologías sanitarias digitales existentes se incluyen los sistemas que rastrean los brotes de enfermedades mediante el uso de la «externalización masiva» o la notificación comunitaria, y los mensajes de texto de telefonía móvil para un cambio de comportamiento positivo con respecto a la prevención y la atención de enfermedades como la diabetes.
Mordeduras de serpiente
Los delegados acordaron una resolución que tiene como objetivo reducir el número de personas en todo el mundo que mueren o quedan con discapacidades físicas o mentales por mordeduras de serpiente. Se estima que entre 1.8 y 2.7 millones de personas son mordidas por serpientes venenosas cada año, lo que provoca la muerte de entre 81 mil y 138 mil personas. Por cada persona que muere después de una mordedura de serpiente, otras 4 o 5 quedan con discapacidades como
- ceguera,
- movilidad restringida o amputación,
- y trastorno de estrés postraumático.
Las mordeduras de serpiente afectan sobre todo a las personas de comunidades agrícolas y ganaderas pobres, y el año pasado fueron clasificadas por la OMS como una enfermedad tropical desatendida de alta prioridad. Las deficiencias en la prevención, la capacitación de los trabajadores sanitarios, el diagnóstico y el tratamiento de los casos de mordedura de serpiente, así como la falta de herramientas disponibles, están frenando los progresos para hacer frente a la carga mundial de la enfermedad.
Reconociendo la urgente necesidad de mejorar el acceso a antídotos seguros, eficaces y asequibles para las mordeduras de serpiente, los delegados instaron a la OMS a que acelere y coordine los esfuerzos mundiales por controlar el envenenamiento por mordedura de serpiente, que es la enfermedad potencialmente letal provocada por la mordedura de una serpiente venenosa.
Actividad física
Los Estados Miembros aprobaron el Plan de acción mundial de la OMS sobre actividad física, una nueva iniciativa destinada a aumentar la participación de las personas de todas las edades en actividades físicas y la capacidad de promover la salud y luchar contra las enfermedades no transmisibles, incluidas las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y el cáncer de mama y colon, y de apoyar la mejora de la salud mental y la calidad de vida.
En todo el mundo, el 23% de los adultos y el 81% de los adolescentes de 11 a 17 años no cumplen con las recomendaciones mundiales sobre actividad física. La prevalencia de la inactividad es de hasta el 80% en algunas poblaciones adultas influenciadas por la evolución de los medios de transporte, el uso de la tecnología, la urbanización y los valores culturales.
El Plan de acción mundial proporciona a los países una lista de intervenciones normativas prioritarias para abordar los múltiples determinantes culturales, ambientales e individuales de la inactividad física. Estas intervenciones están relacionadas con 4 objetivos que se centran en la creación de sociedades, entornos, personas y sistemas activos. El objetivo del Plan es reducir en un 15% la prevalencia mundial de la inactividad física en adultos y adolescentes para 2030.
Tecnología de asistencia
Los delegados aprobaron una resolución en la que urge a los Estados Miembros a elaborar, aplicar y fortalecer políticas y programas para mejorar el acceso a la tecnología de asistencia y en la que, asimismo, se pide al Director General que prepare para 2021 un informe mundial sobre el acceso efectivo a la tecnología de asistencia.
La tecnología de asistencia, como las sillas de ruedas, los audífonos, los andadores, las anteojos de lectura y las prótesis, permite a las personas con dificultades funcionales llevar una vida productiva y digna y participar en la educación, el mercado laboral y la vida social. Sin dicha tecnología, las personas con discapacidad y las personas mayores y otras personas necesitadas suelen verse excluidas, aisladas y sumidas en la pobreza, y la carga de morbilidad y discapacidad aumenta.
Se calcula que mil millones de personas se beneficiarían de los productos de asistencia, cifra que aumentará a más de 2 mil millones de aquí al año 2050. Sin embargo, el 90% no tiene acceso, debido a los altos costos y a la falta de disponibilidad. Se pidió al Director General que informe a la 75.ª Asamblea Mundial de la Salud sobre los progresos logrados en la aplicación de la presente resolución y que posteriormente presente a la Asamblea de la Salud un informe cada 4 años hasta 2030.
Reglamento Sanitario Internacional
Los delegados acogieron con beneplácito la propuesta de un plan estratégico mundial quinquenal para mejorar la preparación y respuesta de salud pública mediante la aplicación del Reglamento Sanitario Internacional.
El Reglamento Sanitario Internacional (RSI) es un instrumento jurídico internacional vinculante para 196 países de todo el mundo, incluidos todos los Estados Miembros de la OMS. Su finalidad es ayudar a la comunidad internacional a prevenir y responder a los riesgos agudos para la salud pública que puedan atravesar las fronteras y poner en peligro a las personas en todo el mundo.
El RSI, que entró en vigor el 15 de junio de 2007, exige a los países que notifiquen a la OMS determinados brotes de enfermedades y eventos de salud pública. El RSI define los derechos y obligaciones de los países en cuanto a la notificación de eventos de salud pública, y establece una serie de procedimientos que la OMS debe aplicar en su tarea de mantener la seguridad de la salud pública a escala mundial.
En 2017, la OMS registró un total de 418 eventos de salud pública en su sistema de gestión de eventos: en 136 de estos eventos, las fuentes iniciales de notificación fueron los organismos gubernamentales nacionales, en particular los Centros Nacionales de Enlace del RSI. La nueva estrategia tiene por objeto ayudar a los países a fortalecer las capacidades básicas que necesitan para aplicar el reglamento, incluida la realización de más notificaciones a través del RSI.
Marco de Preparación para una Gripe Pandémica (PIP)
Los delegados examinaron el informe del Director General sobre los progresos realizados en la aplicación de la decisión WHA70(10) relativa al examen del Marco de Preparación para una Gripe Pandémica. La Asamblea de la Salud aprobó todas las recomendaciones del informe del Director General, pero pidió que el texto final del análisis solicitado en la decisión WHA70(10)8b se presentara a la Asamblea Mundial de la Salud de 2019 en lugar de a la Asamblea Mundial de la Salud de 2020.
El Marco de Preparación para una Gripe Pandémica (PIP, por sus siglas en inglés Pandemic Influenza Preparedness) reúne a los Estados Miembros, la industria, otras partes interesadas y la OMS para adoptar un enfoque mundial innovador de la preparación y respuesta ante una gripe pandémica. Fue adoptado por los Estados Miembros en la Asamblea Mundial de la Salud de 2011.
Un principio clave del Marco de PIP es que la justicia y la equidad deben continuar impulsando los esfuerzos mundiales encaminados a prepararse para responder a pandemias. Por tanto, el Marco de PIP tiene 2 objetivos:
- Fortalecer el intercambio de virus gripales potencialmente pandémicos
- Aumentar el acceso de los países en desarrollo a las vacunas antipandémicas, los antivíricos y otros productos esenciales de respuesta.
Fiebre reumática y cardiopatía reumática
Los delegados acordaron una resolución en la que se pide a la OMS que ponga en marcha una respuesta mundial coordinada a la cardiopatía reumática, que afecta a unos 30 millones de personas cada año. Se calcula que en 2015 la enfermedad causó 350 mil muertes. La enfermedad ocurre con mayor frecuencia en la infancia y afecta desproporcionadamente a las niñas y las mujeres.
La cardiopatía reumática es una afección prevenible que se deriva de la fiebre reumática aguda. A pesar de la disponibilidad de medidas eficaces de prevención y tratamiento de la enfermedad, los casos no han disminuido significativamente en los últimos años. Diversos factores socioeconómicos y ambientales como la vivienda deficiente, la desnutrición, el hacinamiento y la pobreza aumentan la probabilidad y la gravedad de la enfermedad.
Mejorar los niveles de vida, ampliar el acceso a una atención adecuada y garantizar un suministro constante de antibióticos de calidad asegurada son algunas de las estrategias clave que pueden reducir drásticamente el número de personas afectadas. Los delegados pidieron a la OMS que redoble sus esfuerzos por hacer frente a la fiebre reumática y que dirija y coordine nuevos esfuerzos mundiales para su prevención y control.