En las últimas décadas, la cantidad de niños con alergia al cacahuate o maní ha aumentado significativamente. “A pesar de que los investigadores tienen varias teorías, por ahora no hay ninguna explicación definitiva para dicho aumento. Actualmente están en curso varios estudios para entender mejor las alergias al maní y descubrir maneras más eficaces de tratarlas“, nos explica la Dra. Martha Hartz, Alergia e Inmunología Pediátrica de Mayo Clinic.
La Dra. Martha Hartz nos expone que en los últimos tiempos, la prevalencia de las alergias infantiles al cacahuate ha aumentado más de tres veces en Estados Unidos. Aunque no son claras las razones detrás del drástico aumento, parece que tanto el estilo de vida como las opciones alimentarias y la genética inciden en alguna forma.La “hipótesis de la higiene” en alergias
La Dra. Hartz nos explica que una teoría llamada la “hipótesis de la higiene” resalta cómo la forma de vivir de la gente en los países desarrollados puede influir sobre las alergias infantiles, entre ellas, la alergia al cacahuate. Los recién nacidos de países en vías de desarrollo tienen menor incidencia de alergias que los nacidos en países desarrollados. Sin embargo, cuando una familia de un país en vías de desarrollo se muda a un país más desarrollado, la incidencia de sus hijos a las alergias infantiles aumenta. Por lo tanto, parece que el simple hecho de encontrarse en el ambiente de un país desarrollado cambia las cosas.
La “hipótesis de la higiene” plantea que “los niños que se exponen a microbios y ciertas infecciones a muy temprana edad desarrollan sistemas inmunitarios que los preparan mejor para diferenciar entre sustancias inocuas y sustancias nocivas. Según esta teoría, la exposición a ciertos microbios enseña al sistema inmunitario a no reaccionar de forma exagerada y también explica por qué los niños que crecen en granjas o los que tienen cierto tipo de mascotas son menos proclives a desarrollar alergias que otros pequeños. No obstante, es necesario investigar mucho más para entender exactamente cómo podría la exposición infantil a los microbios ayudar a prevenir alergias“, explicó la Dra. Hartz.
En alrededor de 20% de las personas que desarrollan una alergia al cacahuate a edad temprana, esta acaba por pasar con el tiempo. El 80% restante mantiene alguna sensibilidad al maní durante toda su vida, pero la gravedad de los síntomas varía ampliamente de una a otra persona.
Nos subraya que vale la pena anotar que, en realidad, el maní es una legumbre y no está relacionado con los demás frutos secos conocidos como frutos de cáscara. Desgraciadamente, muchos niños que padecen esta alergia desarrollan otra con los frutos secos, “Además, estos últimos pueden tener contaminación cruzada o confundirse con el cacahuate, razón por la que se suele pedir a los niños con alergia al maní, también eviten los frutos secos“.
Varios estudios en curso examinan posibles maneras de tratar las alergias al maní y muchos de ellos implican administrar una pequeña cantidad de proteína de maní a los niños alérgicos y luego aumentar la dosis con el tiempo. En algunos de esos estudios, los niños comen la proteína del cacahuate, mientras que en otros se les administra a través de un parche colocado en la piel. “El objetivo es que los niños se tornen menos sensibles al cacahuate para que en caso de verse expuestos a una pequeña cantidad del mismo, no presenten anafilaxia (reacción alérgica potencialmente mortal que ocasiona un descenso de la presión arterial y un estrechamiento de las vías respiratorias que restringe la respiración)“, afirma la Dra. Martha Hartz.
Dichos estudios han logrado ciertos éxitos, pero conllevan riesgos. Aparte de la posibilidad de anafilaxia, algunos participantes en los estudios desarrollaron una afección conocida como esofagitis eosinofílica, que es resultado de la acumulación de un tipo de glóbulos blancos llamados eosinófilos en el revestimiento del esófago, lo que daña el tejido esofágico y dificulta la deglución.
Debido a estos riesgos, es preciso controlar estrechamente a los niños que participan en esos estudios.
Finalmente la Dra. Hartz asevera que por el momento, “la manera más eficaz de controlar la alergia al cacahuate es evitándolo rigurosamente y portando siempre una dosis inyectable del medicamento epinefrina para aplicarlo como tratamiento de emergencia ante la eventualidad de una exposición accidental al mismo“.