El frío del invierno deshidrata la piel y le causa tirantez, descamaciones, irritación y resequedad. El rostro, labios y manos son las partes más afectadas por el frío, así que anota las recomendaciones que expertos de Bio-Oil nos brindan para mantenerla saludable.
En vísperas del invierno, especialistas en la salud cutánea nos recomiendan tomar precauciones en el cuidado de nuestra piel, órgano más expuesto a los cambios del clima.
Mantener en equilibrio el pH. Normalmente la piel tiene un pH de 5.5, para mantener este valor que ayuda a que esta se encuentre saludable y cumpla su función protectora ante microrganismos externos, es necesario tomar en cuenta los factores que pueden alterarla como son el clima, la humectación y la alimentación.
Capa protectora natural. Especialistas en el tema recomiendan cuidar la piel de los cambios bruscos de temperatura, mantener una dieta balanceada, beber líquidos en abundancia y usar jabones libres de perfumes, así como aplicándole aceites naturales que la mantengan bien hidratada, a fin de conservar una barrera natural y protectora de la piel, llamada manto hidrolípidico.
Baño diario. Se recomienda tomar duchas cortas entre 5 y 10 minutos con agua tibia, ya que el agua caliente daña severamente la epidermis. Bañarse con jabones neutros, secar la piel totalmente en forma suave e incrementar la humectación de cara y cuerpo. El clima invernal disminuye la producción del manto hidrolípidico, lo que conlleva a que la piel se vuelva seca; por lo que los aceites o cremas emolientes y humectantes suelen ser buenos aliados para prevenir dermatitis atópica e irritaciones, comunes en este periodo.
Humectación e hidratación. Ante el frío la piel requiere de dosis constantes de aceite o crema, se recomienda usarlos tres veces al día y al terminar la ducha con la piel todavía húmeda (son más efectivos); enfatizar en piernas, muslos, abdomen y brazos, que tienden a resecarse más que el resto del cuerpo, así como el rostro, que requiere de una humectación especial. Las vitaminas A y E, aceites minerales, aloe vera y ácidos lácticos, son ideales para el clima frío.
Además es imprescindible beber líquidos en abundancia para recuperar el nivel de hidratación que requiere el cuerpo.
Cutis, labios y manos saludables. Estas zonas están más expuestas a las agresiones del clima, por lo que hay que redoblar su cuidado durante invierno. En el caso del rostro y dependiendo del tipo de piel que se tenga, se recomienda realizar limpieza diaria tanto en el día como en la noche, al término de ésta, utilizar un aceite o crema hidratante no graso, con ingredientes que ‘sellen’ la humectación.
Para los labios, se debe usar un bálsamo o aceite humectante y emoliente con ingredientes naturales como manteca de karité, cacao o aceite de jojoba. Se debe evitar humedecerlos con saliva al sentirlos secos, ya que esta acción contribuirá a resecarlos más e incluso a agrietarlos por los niveles ácidos que de manera natural contiene la saliva. Si se despellejan o agrietan, es necesario una exfoliación suave con un paño y agua tibia, y enseguida la aplicación del bálsamo.
Ante las bajas temperaturas, las manostienden a presentar deshidratación, descamación e irritación, por lo que se recomienda utilizar guantes que protejan del frío. Además de hidratar con cremas y aceites que deben untarse con un suave masaje, varias veces a lo largo del día. A la hora de dormir se recomienda una capa gruesa de aceite humectante, que devolverá la suavidad a las manos.
Cambios de temperatura. Al permanecer mucho tiempo en lugares con calefacción se debe tener cuidado, ya que la calefacción elimina la humedad natural de la piel y la seca, peor aún, al exponer la piel al frío con estas características, puede presentar enrojecimiento, tirantez y descamación.
Lo ideal es no exponerse a los cambios bruscos de temperatura. Al entrar a lugares con climas artificiales, se debe estar cubierto con prendas abrigadoras, que se pueden ir quitando poco a poco y reincorporarlas al salir de dichos lugares. En el exterior será necesario protegerse con guantes, bufandas y gorros. Si hay necesidad de mantenerse por mucho tiempo en espacios con calefacción, lo mejor será adquirir un humidificador, y sobre todo mantener hidratada la piel con productos hipo-alergénicos.