El término médico para mojar la cama es «Enuresis nocturna» y se define como mojarse involuntariamente durante el sueño a una edad en la cual ya se debería tener control (generalmente alrededor de los 5 años), sabiendo que no existe ningún problema físico de la vejiga o el sistema urinario.
“El niño(a) que moja la cama de noche por tener Enuresis nocturna padece trastornos de conducta como: pérdida de autoestima, inseguridad, introversión, irritabilidad o agresividad, bajo rendimiento escolar entre muchos otros.
En los papás existe incomodidad, frustración y preocupación por el gasto extra de hasta $10,000 pesos que tienen que realizar al año a causa de lavado adicional de ropa de cama y pijamas”, comenta el Dr. José Ramón Garrido, especialista en cirugía y urología pediátrica.
Parece una situación común pero mojar la cama en una etapa infantil de manera frecuente e involuntaria es un problema de salud que en México afecta a 2.1 millones de niños mayores de 5 años. De estos, más del 80% no recibe tratamiento alguno.
Cuando existe en casa una situación de este tipo, se presentan diversas alteraciones las cuales van desde los daños físicos y psicológicos que padece el menor hasta las consecuencias económicas y ecológicas al medio ambiente.
Una lavadora por ejemplo, gasta en promedio 40 litros de agua. Si tomamos en cuenta que un electrodoméstico para una familia de 4 personas tiene en promedio una capacidad de 6 kilos, se estarían poniendo a lavar 255 cargas más al año lo que significa un consumo de agua de 10,200 litros más es decir, 537 garrafones de agua.
Contrario a lo que piensa la mayoría de la gente, existen varias razones por las que un niño padece enuresis; algunas de ellas son la herencia, la deficiencia de hormona antidiurética, el desarrollo de la vejiga y el sueño profundo, problemas con el aparato urinario, epilepsia, apnea del sueño y alergias a algunos alimentos, todas estas son causas orgánicas que se relacionan con este padecimiento.
Actualmente existen varias maneras de tratar la enuresis nocturna: las farmacológicas (sustitutos de la hormona antidiurética, antocolinergicos, entre otros), y las motivacionales – que se dan a través de terapias-, las que requieren de diferentes tipos de alarmas para avisar e interrumpir la micción y hasta el uso de pañales.
El tratamiento más adecuado dependerá del tipo de enuresis que presente el niño y la causa de la misma. La comprensión, confianza y comunicación que tenga el menor con los padres de familia y con el médico especialista será determinante para mejorar su calidad de vida.
Enuresis en números
Se estima que la prevalencia mundial es de:
• 15% de los niños de 5 años
• 10% de los niños de 7 años
• 5% de los niños de 11 a 12 años
• Se curan espontáneamente el 15% cada año.
• Del 1-2% persiste hasta la adolescencia y/o adultez
• 2 de cada 3 enuréticos son varones.
Fuente: Spee-van der Wekke et al., 1998,Hellstrom et al., 1990;Cher et al., 2002; Kanaheswari, 2003,De Jonge, 1973,Yeung et al., 2006.
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