noviembre 23, 2024

¿Cómo puedo mejorar mi estado de ánimo y cuándo debo pedir ayuda?

chica, escuchando música con audífonos
Plenilunia Salud Mujer
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La pandemia del COVID-19 ha cobrado innumerables vidas. Hemos visto su impacto, no solo en el campo laboral y en la economía global, sino también en nuestro estado de ánimo y emociones. De hecho, vivimos largos periodos con ansiedad o estado de nerviosismo.

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[/media-credit] Cuidar nuestra salud mental

«Estamos experimentando una crisis de salud mental en este momento», advierte la Dra. Corinna Keenmon, Directora Médica de Psiquiatría del Hospital Houston Methodist.

«Como sociedad, hemos experimentado crisis como huracanes, violencia, terremotos, etc. Estos eventos a gran escala ciertamente pueden afectar a una comunidad. Pero nuestra crisis actual tiene muchas más repercusiones porque las personas están viviendo muchos eventos estresantes al mismo tiempo.

Cada vez que una persona pasa por dos eventos estresantes importantes en un año, se vuelve más vulnerable al estrés emocional excesivo, y corre el riesgo de desarrollar una condición de salud mental diagnosticable«, dice la Dra. Keenmon.

Qué hacer con la incertidumbre

Todos enfrentamos incertidumbre por la pandemia y se suman otros factores que también nos estresan, como por ejemplo las medidas sociales restrictivas del COVID-19, la pérdida de trabajo, la violencia en las calles, desastres naturales, etc. Tanto así, que los profesionales de la salud mental estamos viendo algunas tendencias muy preocupantes relacionadas a la salud mental colectiva este año.

«Lo más alarmante es el gran aumento en los intentos de suicidio, los cuales son cada vez más serios e involucran a más jóvenes, y otras minorías», advierte la Dra. Keenmon.

«Estamos viendo personas que de por sí ya luchan con problemas de salud mental, o por falta de apoyo financiero o social, y estas personas vulnerables ahora están cambiando el espectro de problemas de salud mental hacia una enfermedad mental mucho más grave. Generalmente presentan síntomas que son lo suficientemente preocupantes como para requerir tratamiento.»

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«Las personas que antes de la pandemia tenían controlados sus problemas de salud mental, han recaído en algunos síntomas, dado el distanciamiento con los profesionales de la salud mental», explica la Dra. Keenmon.

¿Ataques de pánico?

«Actualmente se está perdiendo el contacto personal y la conexión entre los pacientes. Perder esta conexión puede desestabilizar a los pacientes, haciendo que el abordaje de este tipo de crisis sea un verdadero desafío «.

Se está detectando de acuerdo con la especialista, un aumento de casos en las personas que nunca habían tenido problemas con su salud mental. “Personas que no pueden compensar los niveles significativos de estrés que enfrentan en este momento, por lo cual caen en depresión y psicosis», dice la Dra. Keenmon.

«Muchas veces se trata de personas que ni siquiera se ven a sí mismas como personas que podrían tener problemas con su salud mental. De hecho, llegan a la sala de emergencias pensando que están teniendo un ataque cardíaco, pero en realidad es un ataque de pánico«.

Signos de alerta

Cuando el estrés se convierte en angustia, estos son los signos de alerta:

  • Grandes cambios en los patrones de sueño (dormir demasiado o muy poco)
  • Cambios dramáticos en los hábitos alimenticios (comer demasiado o casi nada)
  • Cambios repentinos en tu nivel de actividad (fatiga extrema o hiperactividad e inquietud)
  • Depender habitualmente de una sustancia, como el alcohol o las drogas, para hacer frente al estrés
  • Pensamientos negativos extremos
  • Una sensación de estar en «modo de supervivencia»
  • Cuando personas que te conocen bien, te comentan que no pareces ser tú mismo
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Si notas signos de angustia, puedes obtener ayuda programando una visita con un médico, hablando con un profesional de salud mental o incluso comunicándote con un familiar o amigo de confianza.

«Si te sientes abrumado la mayoría de los días, es mejor comunicarte con un psicólogo o psiquiatra. Como profesionales pueden determinar la intensidad de tu angustia y ayudarte a identificar el mejor plan de tratamiento», recomienda la Dra. Keenmon y enfatiza que, “si te sientes desesperado, cuestionando tu fe, pensando si vale la pena vivir tu vida o si te sientes físicamente fuera de contacto con la realidad, estás atravesando una emergencia y debes pedir ayuda de inmediato”.

Consejos para mejorar la salud mental

La especialista del Hospital Houston Methodist nos brinda consejos para mejorar la salud mental:

1. Pregúntate qué estás haciendo en exceso o que estás haciendo muy poco
Manejar el estrés se vuelve más sencillo teniendo estructura y siguiendo una rutina. Si notas que estás en el sofá más de lo habitual, levántate a caminar, busca un tiempo para hacer ejercicio en casa o busca otra forma de mantenerte activo.
Si estás inquieto y no puedes concentrarte, haz algo que te calme mentalmente, como yoga, ejercicios de respiración profunda o meditación.

2. Se consciente de tus pensamientos
La Dra. Keenmon recomienda documentar tus pensamientos en un diario y reflexionar sobre si alguno parece extremo, demasiado negativo o arraigado en la ansiedad.

«Cuando estás ansioso o estresado, tu mente te dirá cosas que son falsas e inútiles», advierte la Dra. Keenmon. «Y esto es un problema, ya que ver el mundo de manera realista es lo que te ayudara a aliviar la ansiedad o la depresión».

Busca un equilibrio reemplazando un pensamiento demasiado negativo por uno que sea más realista. Haz esto cambiando tu pensamiento más negativo con la alternativa más positiva, ubicándote así en un escenario más realista.

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3. Reenfoca tu perspectiva
Si pierdes la perspectiva en estado de angustia, hay varias formas de volver a un estado saludable. Por ejemplo, puedes tomarte un tiempo para concentrarte en tres cosas por las que estás genuinamente agradecido, ya sea una puesta de sol, tener junto a un ser querido o el simple placer de la vida. Además, hablar y conectarte con los demás es una buena forma de recuperar la perspectiva.

Como dice el dicho, “Cuando compartimos el dolor con amigos, éste se reduce a la mitad, y cuando compartimos alegría, ésta se duplica”. No eres el único en este barco, y todos estamos atravesando los mismos desafíos. Ayudar a los demás y buscar de una manera el contribuir al bien común, también permite que recuperemos la perspectiva.

“Una investigación demuestra que ayudar a otra persona en peligro puede disminuir tu propia angustia. Además, si todos hacemos esto, todos nos beneficiamos”, finaliza la especialista en psiquiatría.

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