Pérez Salazar, adscrito al Departamento de Biología Celular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) precisó que el gen mutado no es sinónimo de cáncer mamario, solo implica una mayor probabilidad (de 60% a 80%) de desarrollarlo. Pero hay otros factores involucrados: una menopausia tardía, el consumo de alcohol o que las mujeres tengan hijos después de los 30 años.
De acuerdo con el investigador las mujeres con el gen mutado, derivado del antecedente familiar, que se realizan la mastectomía por una cuestión profiláctica, pueden evitar el desarrollo del cáncer mamario al retirar el tejido epitelial, pero sólo en esos casos una operación de este tipo sería muy positiva.
Explicó que los genes BRCA1 y 2 son conocidos como de tipo familiar, porque se heredan de madres a hijas. Se ha reportado que de 5% a 10 % de los cánceres son consecuencia de este tipo de genes. Es decir, las mujeres que presentan las mutaciones en estos genes tienen mayor probabilidad de padecer cáncer de mama y ovario.
El experto acotó que la mutación de los genes se debe a una diversidad de factores que pueden ser de tipo químico, ambientales o por el uso de algunos medicamentos. La madre los muta y lo hereda a las hijas, las cuales tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer, como es el caso de la actriz estadounidense.
Sin embargo, Pérez Salazar aconsejó que todas las mujeres se deben someter continuamente a ultrasonidos para detectar la presencia de pequeños tumores, porque lo importante es detectarlo en sus etapas iniciales. Aunque si está muy marcado el historial familiar del paciente, resulta muy benéfica el estudio de las mutaciones en los genes BRCA1 y 2 y en algunos casos la mastectomía.
Sobre todo porque en general, hay algunos tumores que dependen de estrógeno y progesterona para los que existen tratamientos que detienen la producción de éstos y funciona muy bien, sin embargo, existen otros que no dependen de estas hormonas, lo que significa que será mucho más agresivo el tumor, detalló el experto en biología celular.
Es el caso de las mujeres jóvenes, que tienden a padecer tumores que no dependen de la progesterona, lo que hace más agresivo su cáncer, a diferencia de las mujeres maduras. Esto es importante saber porque existen estudios que indican que en las mujeres mexicanas el cáncer se presenta 10 años antes que en las europeas y sajonas, es decir, en nuestro país las jóvenes tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad
Lo más importante en estos casos, explicó José Eduardo Pérez Salazar, es el chequeo constante. En el caso de las mujeres con antecedentes de cáncer de mama es necesario se practiquen los estudios a nivel de genómica para detectar mutaciones en los genes de BRCA1 y BRCA2, y una vez iniciada la vida adulta se deben examinar constantemente.
Por último, señaló que en México los estudios de detección de tumores cancerígenos por medio del empleo de genómica son muy buenos; sin embargo, el inconveniente es el costo. “Por eso en el Cinvestav en conjunto con las instituciones de seguridad social, en nuestro caso con el Hospital Juárez, trabajamos con estudios en sangre de las mujeres que padecen cáncer de mama, con el objetivo de encontrar métodos de diagnóstico alternativos y más económicos”.
Los genes BRCA1 y 2 se encuentran en el ADN de las mujeres. Participan en la regulación del proceso de división celular, así mismo en la reparación del ADN, puesto que cuando una célula se divide pueden presentarse errores en éste, los cuales deben ser reparados, por lo que estos genes participan en dicha reparación.