La alimentación saludable entre niñas, niños y adolescentes reduce los efectos negativos provocados por la pandemia de COVID-19, eleva la autoestima y el buen estado emocional de este sector de la población, dijo Fiorella Espinosa de Cándido, oficial de Nutrición para Entornos Saludables de Unicef México en el marco de la conferencia de prensa del 22 de mayo de 2021 dirigida por el director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, José Luis Alomía Zegarra.

Guía para el cuidado de la salud y nutrición de toda la familia

La especialista de UNICEF hizo un llamado a evitar el consumo de alimentos procesados que tienen exceso de grasas y azúcares, e incrementar la ingesta de verduras y frutas frescas para reducir el ambiente obesogénico que ha privilegiado el consumo de productos con alto contenido calórico.

En el contexto de la pandemia y la permanencia en el hogar, Fiorella Espinosa inicio recomendando a las familias que involucren a niñas, niños y adolescentes en la toma de decisiones en cuanto a los platillos a preparar y establecer horarios para el consumo de colaciones saludables entre comidas. Nos informo de las 9 recomendaciones desarrolladas por UNICEF México para mantenernos saludables de la “Guía para el cuidado de la salud y nutrición de toda la familia, ¿Cómo mantenernos saludables durante y después de COVID-19?“:

1. Comer en familia, porque facilita involucrar a niñas y niños; se acortan tiempos de preparación y se generan habilidades para el futuro en la población infantil. Es importante que se establezcan horarios estandarizados. Es decir, que todos los días se busque desayunar a la misma hora, que todos los niños se busque comer a la misma hora y cenar a la misma hora.
2. Comer verduras, frutas y cereales todos los días como base de la alimentación. Nos subrayó que México, es un país privilegiado cuando hablamos de alimentos saludables; se produce una gran variedad de vegetales y prácticamente todo el año tenemos alguna o varias opciones disponibles.
3. Hidratarse con agua simple potable en lugar de bebidas azucaradas. Menciona que “en realidad el cuerpo no necesita este tipo de azucares, la cantidad máxima recomendable al día, si es que se consumen, es de 20 gramos para niños y niñas, que equivalen más o menos a cuatro cucharaditas cafeteras al día y, bueno; la verdad es que cualquier bebida envasada va a rebasar esta cantidad y, por lo tanto, lo mejor es agua simple, agua natural“.
4. Evitar la comida rápida y las preparaciones fritas. Estos alimentos no suelen ser saludables, “muchos son altos en azucares, sal, grasas, pero además lo que ya comentaba, no nos dan toda esta riqueza de vitaminas, minerales, fibras y antioxidantes que sí nos dan los alimentos más naturales y cuando los preparamos en ricos guisados pues se disfrutan bastante“.
5. Preparar antojos saludable de vez en cuando.
6. Asegurar una lactancia materna óptima y una alimentación complementaria adecuada. Por lo que hizo hincapié en la lactancia materna durante los 6 primeros meses de la o el bebé para garantizar su sana alimentación. Asimismo, sugirió no agregar azúcar ni sal a los alimentos preparados cuando inician la ablactación; de esta forma, su paladar se prepara para recibir productos más saludables.
7. Elegir momentos para estar activos
8. Dormir suficiente de acuerdo a la edad
9. Cultivar alimentos en casa

Finalmente destacó que “todas y todos tenemos la capacidad de reeducar nuestras papilas gustativas a sabores menos salados y menos azucarados; tanto niños como adultos, eso está comprobado” y que “los adultos somos los modelos a seguir de niñas y niños. El acto de, por ejemplo, sustituir el refresco por agua simple puede significar un cambio sustancial para la familia; pero incluso también para toda la sociedad en general“.

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