En un mundo que anhela paz y armonía, es crucial reconocer y valorar las contribuciones de las mujeres indígenas en la construcción de sociedades pacíficas.
A lo largo de la historia, estas mujeres han desempeñado roles esenciales en sus comunidades, aportando sabiduría y liderazgo. Su influencia en la promoción de la paz trasciende las fronteras culturales y geográficas, sentando las bases necesarias para un mundo más equitativo y justo.
Con la intención de rendir tributo a todas las mujeres pertenecientes a los pueblos indígenas, durante la celebración del Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en 1983, se instituyó al 5 de septiembre como el Día Internacional de las Mujeres Indígenas.
La fecha se eligió en honor a la lucha de Bartolina Sisa, guerrera aymara, quien se opuso a la dominación colonial y fue asesinada en la Paz, Bolivia, en 1782.
En el caso de México, los pueblos indígenas representan un importante sector de la población, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, durante el Cuestionario Ampliado del Censo de Población y Vivienda 20201, más de 23.2 millones de personas de tres años y más se autoidentificaron como indígenas.
De éstas, el 51.4% es decir 11.9 millones fueron mujeres, por ello, resulta necesario, reconocer que las mujeres indígenas han sido las custodias de la cultura, la lengua y la sabiduría ancestral de sus comunidades.
Su papel en la transmisión de valores de generación en generación es fundamental para la cohesión social y la preservación de la identidad cultural. Esta labor es elemental en el desarrollo de sociedades de paz.