Dos años después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) pusiera en marcha una iniciativa para eliminar del suministro mundial de alimentos las grasas trans de producción industrial, la Organización informa de que hasta la fecha 58 países han introducido legislación que protegerá a 3,200 millones de personas de esas sustancias nocivas para finales de 2021. Con todo, más de 100 países todavía tienen pendiente la adopción de medidas para eliminar de su suministro de alimentos esas sustancias nocivas.
Eliminar grasas trans para 2023
Se estima que el consumo de grasas trans de producción industrial provoca unas 500 mil muertes anuales por cardiopatías coronarias.
“En un momento en que el mundo entero se enfrenta a la pandemia de COVID-19, debemos hacer todo lo que podamos para proteger la salud de las personas. Ello incluye la adopción de todas las medidas posibles para prevenir las enfermedades no transmisibles que pueden hacer que las personas sean más susceptibles al coronavirus y provocar muertes prematuras“, señaló el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Nuestro objetivo de eliminar las grasas trans para 2023 no debe demorarse“.
Quince países registran aproximadamente dos tercios de las muertes de todo el mundo vinculadas al consumo de grasas trans, de los que cuatro (Canadá, Eslovenia, Estados Unidos de América y Letonia) vienen aplicando desde 2017 normativas que se ajustan a las prácticas óptimas recomendadas por la OMS, bien estableciendo para las grasas trans de producción industrial límites obligatorios del 2% en el contenido de aceites y grasas de todos los alimentos o prohibiendo los aceites parcialmente hidrogenados.
Países con pendiente la adopción de medidas urgentes
Los 11 países restantes, todavía tienen pendiente la adopción de medidas urgentes y estos son:
- Azerbaiyán
- Bangladesh
- Bhután
- Ecuador
- Egipto
- India
- Irán
- México
- Nepal
- Pakistán
- República de Corea
Iniciativas regionales
En el informe se ponen de relieve 2 tendencias alentadoras:
- Cuando los países toman medidas, adoptan mayoritariamente normativas basadas en las prácticas óptimas, descartando medidas menos restrictivas. Las nuevas normativas aprobadas o introducidas en el última año en el Brasil, Turquía y Nigeria cumplen en todos los casos los criterios de la OMS aplicables a las prácticas óptimas. Otros países, como la India, que habían aplicado previamente medidas menos restrictivas, están en proceso de actualizar sus políticas para ajustarlas a las prácticas óptimas.
- En segundo lugar, cada vez se recurre más a reglamentos de ámbito regional en los que se establecen normas para varios países; lo que se están erigiendo en una estrategia prometedora para acelerar los progresos hacia la eliminación de las grasas trans para 2023. En 2019, la Unión Europea aprobó una normativa basada en las prácticas óptimas, y los 35 países que integran la Región de las Américas de la OMS/Organización Panamericana de la Salud aprobaron por unanimidad un plan de acción regional para eliminar a más tardar en 2025 las grasas trans de producción industrial.
En conjunto, estas 2 iniciativas regionales pueden proteger en más de 50 países a otros mil millones de personas que no estaban previamente protegidas por los reglamentos contra las grasas trans.
Mejores inversiones en materia de salud pública
“Con la crisis económica mundial, los países buscan más que nunca las mejores inversiones en materia de salud pública“, comentó el Dr. Tom Frieden, Presidente y Director Ejecutivo de Resolve to Save Lives. “Lograr que los alimentos no contengan grasas trans, salva vidas y ahorra dinero, y al prevenir los ataques cardíacos, se reduce la carga sobre los centros de atención de salud“.
Pese a los progresos alentadores, persisten importantes disparidades en la cobertura normativa según la región y el nivel de ingreso de los países. Hasta la fecha, la mayoría de las medidas normativas, incluidas las aprobadas en 2019 y 2020, se han adoptado en los países de ingresos altos y en la Regiones de la OMS de las Américas y Europa. Se han adoptado políticas que se ajustan a las prácticas óptimas en 7 países de ingresos medios altos y 33 países de ingresos altos; de momento ningún país de ingresos bajos o de ingresos medianos bajos ha seguido el ejemplo[.]