Uno de los análisis de rutina de mayor importancia es la Biometría Hemática, ya que nos permite conocer de manera confiable el estado de salud en que nos encontramos.
Las enfermedades de la sangre cada vez son más frecuentes. Por lo que es indispensable hacerse estudios hematológicos cada año a partir de los 40 años, “la biometría hemática es un examen sencillo que puede detectar la presencia de muchas enfermedades habituales y frecuentes como pueden ser la anemia o algunas infecciones», menciona Víctor Salinas, jefe de Hematología del Hospital Español.
Uno de los tejidos más sorprendentes que tenemos los seres vivos, y de los más importantes es sin duda la sangre. Un tejido líquido que recorre el organismo transportando células y todos los elementos necesarios para realizar sus funciones vitales (respirar, formar sustancias, defenderse de agresiones), la disminución de su volumen o alteración de alguna de sus funciones pueden poner en peligro la supervivencia del organismo; cualquier falla puede poner en riesgo la vida de las personas.
Por ejemplo, si un paciente se siente débil y fatigado por más de 6 semanas, no lo debería tomar como algo intrascendente ya que es probable que dichos síntomas sean las manifestaciones de una enfermedad que requiere la atención de un especialista.
Las anemias, los hematomas frecuentes y sin motivo alguno, dolores de cabeza, la fatiga crónica pueden ser el marco de una enfermedad poco frecuente que de detectarse a tiempo puede llegar a controlarse o, bien, curarse.
Por ejemplo, el Mieloma es el tercer cáncer más frecuente de la sangre y afecta de tres a cinco personas por cada 100 mil habitantes. Este cáncer se produce en las células que producen los anticuerpos, llamadas células plasmáticas, y su origen se localiza en la médula ósea, la cual es el tejido que se encuentra dentro de los huesos de nuestro organismo.
Es muy importante, “estar alertas de lo que pasa con nuestro cuerpo si hay algún cambio significativo de nuestro estado de salud, es importante acudir con el médico”, advirtie el, hematólogo miembro de la Sociedad Mexicana de Trasplante de Médula, “la mayoría de los resultados de los análisis, deben ser interpretados en conjunto con otros informes y dentro del contexto del estado de salud del paciente”.
Uno de los análisis de rutina de mayor importancia es la Biometría Hemática, ya que la información que de aquí se deriva proporciona una idea muy confiable del estado general de la salud del paciente. “Una biometría hemática la debemos hacer cada año, al llegar a cierta edad, después de los 40, y se debe convertir en un análisis obligado, como la mastografía en mujeres o el perfil prostático para los hombres”, asegura el especialista.
Y es que, según el Registro Histopatológico de Neoplasias Malignas, el 9.6% de nuevos cánceres registrados corresponden a enfermedades hemato-oncológicas. En el año 2002, las leucemias, los linfomas y el mieloma múltiple (MM) se ubicaron dentro de las primeras veinte causas de mortalidad por neoplasias malignas a nivel mundial y representaron el 3.6% del total de defunciones registradas.
Por ello, los exámenes se deben hacer con rigurosidad y revisados por el especialista o el Hematólogo, “ya que es posible medir cientos de sustancias distintas que circulan por la sangre de cualquier persona y, dependiendo de los valores que presenten, elevados o reducidos, se pueden detectar dolencias o trastornos que hay que intentar diagnosticar”.
“Antes, quien padecía Mieloma estaba condenado a morir en el corto plazo: Pero hoy en día se ha modificado el pronóstico de las personas, la posibilidad de vivir más allá de 5 años, con una buena calidad de vida, con medicamentos que son bastante bien tolerados como lenalidomida, que es una opción terapéutica que permite reducir hasta un 85% la masa tumoral, lo que aumenta la supervivencia del paciente y reduce la progresión de la enfermedad”, asevera.
El onco-hematólogo reitera, que el mieloma múltiple es controlable, pero todo comienza con la atención oportuna, con un análisis clínico correcto y un diagnóstico certero y oportuno. Recalca que lo más importante es acudir con el médico cuando los síntomas provocados por la anemia como son la fatiga, dolencias óseas que no desaparecen y el dolor de cabeza se vuelve frecuente, es decir, no dejar pasar el tiempo, esperando que “pase” la molestia.