noviembre 23, 2024

«Hay enfermedades que sólo se entienden y se curan viendo la historia familiar»

Según la ancestral Medicina Unani, para tratar una enfermedad o estado de desequilibrio de la salud, la naturaleza del remedio debe ser igual a la naturaleza de la causa.
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Según la ancestral Medicina Unani, para tratar una enfermedad o estado de desequilibrio de la salud, la naturaleza del remedio debe ser igual a la naturaleza de la causa.

[/media-credit] Según la ancestral Medicina Unani, para tratar una enfermedad o estado de desequilibrio de la salud, la naturaleza del remedio debe ser igual a la naturaleza de la causa.

Todos hemos escuchado hablar de enfermedades incurables ¿y si  el problema radica en que su cura no es física porque el origen de la enfermedad tampoco lo es? ¿y si su origen fuera emocional? es más ¿y si el origen no sólo fuera emocional sino que va más allá del ámbito individual?

Según la ancestral Medicina Unani, para tratar una enfermedad o estado de desequilibrio de la salud, la naturaleza del remedio debe ser igual a la naturaleza de la causa. Por ejemplo: la fractura de un hueso por una caída se trata de un “desequilibrio físico de la salud” por causas mecánicas, por lo que el remedio debe ser también mecánico como una operación para colocar un clavo o simplemente utilizar yeso.

En el caso de una diarrea o gripa por la acción de un microorganismo, el “desequilibrio” que experimenta el cuerpo es un intento por eliminar el agente que le está generando el malestar, como  la naturaleza de la causa es ambiental, la naturaleza del remedio también debe de ser ambiental como  un antibiótico.

Una depresión originada por un suceso traumático es un “desequilibrio emocional” y requiere un remedio de la misma naturaleza como psicoterapia o flores de Bach.  Pero ¿y si la enfermedad no sana? ¿y si es un síntoma de un problema sistémico familiar?

“Cuando un paciente llega a mi consultorio, lo primero que hago es atender las posibles causas físicas de la enfermedad pero si ésta no sede sé que la causa puede ser emocional pero a veces la enfermedad no desaparece ni recibiendo el tratamiento correspondiente. Entonces pienso que se trata de una enfermedad sistémica transgeneracional”, comenta el Dr. David Duarte, médico cirujano y homeópata por el INP y  pionero en México de la medicina Unani.

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Un sistema es una estructura cuyas partes están interrelacionadas entre sí. Según la Psicología Sistémica, en un solo individuo pueden manifestarse los diversos conflictos de  las partes, de tal forma que las vivencias individuales se convierten con conflictos interfamiliares. De hecho se dice que el 70% de los problemas psicológicos que nos afectan a todos vienen de nuestra historia y relación familiar.

La terapia sistémica de Constelaciones Familiares creada por Bert Hellinger va más allá y asevera que los conflictos y sucesos traumáticos tienen un impacto que afecta a varias generaciones.

El Dr. David Duarte explica que el impacto de esos conflictos o traumas no sólo nos afecta en el ámbito emocional, conductual o psicológico; también tiene una incidencia directa en nuestra salud física. Es un hecho -sostiene- que nuestras vivencias afectan nuestra salud, que nuestras emociones tienen una repercusión  en nuestro cuerpo, pero no sólo nuestras vivencias y emociones individuales, también las de nuestros ancestros, aquellas que están impresas en nuestra memoria histórica. Estas son las enfermedades sistémicas.

Cuando hablamos de enfermedades sistémicas, hablamos de enfermedades que tienen una carga más allá de la mera genética o del aprendizaje de un determinado patrón de comportamiento. Todos hemos escuchado de familias en las que el cáncer de mama se ha presentado en varias generaciones; de familias en las cuales los matrimonios se rompen repetidamente; en las que el abuelo, el papá y el hijo se suicidaron; e incluso familias en las que la muerte violenta en accidentes ha sido una constante. Este es el terreno de lo sistémico.

El doctor alemán Rike Geerd Hamer, creador de la Nueva Medicina Germánica, realizó en la década de los ochenta un estudio sobre 5,900 enfermos terminales de cáncer en el cual incluyó tanto estudios médicos como un análisis de sus situaciones de vida. El resultado fue sorprendente. Descubrió que los pacientes con tumores cancerígenos en las mismas partes del cuerpo, habían vivido sucesos traumáticos similares y que este tipo de experiencias se repetían en sus historias familiares. Y no sólo eso, según el tipo de cáncer, las tomografías de los pacientes mostraban lesiones funcionales en la misma parte del cerebro.

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El síntoma sistémico no es la causa de la enfermedad sistémica. Para entenderlo: un tumor cancerígeno es el síntoma de la enfermedad; su causa, su origen, es mucho más profundo y se seguirá presentando en la persona o en el sistema familiar mientras no se atienda la causa real.  El Dr. Hamer descubrió entre otras cosas que todas aquellas mujeres que padecían cáncer de mama izquierda habían vivido conflictos serios de pareja sobre todo de abandono y que esa historia se repetía en su familia desde varias generaciones atrás. Así, aunque una mujer se extirpe un seno, el origen del cáncer no ha sido sanado; la enfermedad sigue latente y puede presentarse en ella (en otra parte del cuerpo) o en su descendencia en cualquier momento y de forma más violenta. Como reza el proverbio: “nos encontramos con nuestro destino en el camino que tomamos para evitarlo“.

La historia cambia –dice el Dr. Duarte- si entendemos a la enfermedad como un “mensajero” que nos está comunicando que hay algo en nosotros o en nuestra historia familiar que necesita atención, que necesita ser sanado. Si se atiende el mensaje que trae el mensajero la enfermedad podrá ser curada. De lo contrario, este mensajero regresará cada vez de forma más violenta. Las terapias sistémicas familiares manejan el “darse cuenta de” cómo el pilar de la verdadera sanación. Mientras no nos “demos cuenta” la enfermedad será cada vez más agresiva.

“El mundo moderno exalta el individualismo pero tenemos que empezar por darnos cuenta que nuestra historia familiar influye en lo que nos pasa, que el todo es superior a las partes», concluye Duarte.

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