Agua, selva, arqueología, comida regional y una gran riqueza cultural, es lo que encontrarás en este paradisiaco lugar.
La ciudad prehispánica de Palenque fue metrópoli y capital del norte del Estado de Chiapas y sur de Tabasco. La conforman 22 edificios, siendo el más emblemático el Templo de las Inscripciones, derivado del descubrimiento de la tumba de Pakal, realizada por el Arqueólogo Alberto Ruz en el año de 1952.
Palenque se encuentra a unos 140 kilómetros del aeropuerto de Villahermosa, Tabasco, a casi dos horas del Río Usumacinta, lindero natural entre México y Guatemala. La ciudad de Palenque se halla a unos 8 kilómetros del sitio, en donde existe una vasta infraestructura hotelera y de servicios.
Caídas naturales de agua, miradores, puentes colgantes, selva alta con árboles de hasta 50 metros y una espesa vegetación siempre verde, característica del estado de Chiapas, es lo que ofrece al visitante la zona arqueológica de Palenque; quien además, podrá hacer un interesante recorrido por el corredor ecológico, de unos 500 metros de longitud.
El Arqueólogo Benito Venegas, encargado de la zona, explica que el corredor ecológico cumple con las funciones de mostrar la diversidad de plantas y especies animales propias de una zona tropical húmeda; conocer espacios habitacionales periféricos a la antigua ciudad y descubrir el manejo que se tuvo del agua.
“En un trayecto a pie, el paseo incluye la visita a los baños de la reina y el Museo de Sitio, en medio de la selva alta perennifolia, caracterizada por árboles de más de 50 metros y que están verdes casi todo el año, excepto en abril y mayo, cuando hay sequía. Entre las especies destacan cedros, caobas y chicle, así como todo tipo de helechos.
“Un atractivo adicional, es conocer la ciudad prehispánica, pasillos y unidades habitacionales de la sociedad que encontró su ocaso en el año 800 d.C. Se trata de construcciones de piedra amenazadas por la fuerza de las grandes raíces de los árboles”.
Al respecto, parte del trabajo de conservación que realiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), consiste en limpiar y mantener el núcleo central del corredor y los edificios para mostrar al visitante la forma en que debieron lucir durante la época de máximo apogeo de la antigua ciudad.
La planeación del paseo ecológico ocurrió en 1992, cuando se le dio al sitio un enfoque desde diversas perspectivas, como la arqueológica y la ecológica. En 1993, comenzó el proyecto para su construcción.
En la actualidad, el corredor ecológico abre sus puertas al público de 08:00 a 16:00 horas, de martes a domingo y el costo de acceso que incluye en la entrada a la zona arqueológica, que es de 45 pesos.