Siete de cada diez personas que sufren algún tipo de dolor son mal diagnosticados. Esto provoca un dolor agudo que no debe durar más de 6 semanas si es que conocemos que lo causa, si no es así, se convierte en dolor crónico, afectando la calidad de vida.
Cuando el dolor es bien tratado trae bienestar y satisfacción, movilización temprana, disminuye los costos en medicamentos y se reducen las complicaciones.
Los dolores más comunes son los de cabeza, lumbalgias o dolor de espalda baja, musculares, articulares, abdominal, menstrual y dental. Los más severos son las lumbalgias, dolor provocado por cáncer, desgaste osteodegenerativo y el que se presenta por diabetes mellitus o dolor neuropático.
Las características del dolor son variables y por ello se debe establecer un diagnóstico preciso que requiere de observación cuidadosa y continua. La capacidad para soportarlo depende del estado de ánimo, personalidad, cultura y las circunstancias de cada persona.
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