El momento actual que la humanidad está viviendo, nos ha hecho caer en cuenta sobre la importancia de un sistema inmune fuerte. El sistema inmune es el mecanismo de protección del organismo ante las infecciones y para ello cuenta con el apoyo del sistema linfático del cual poco se habla.
Ambos sistemas trabajan conjuntamente. Sin embargo, tienen funciones muy específicas: mientras el sistema inmunitario protege al organismo de microbios y hongos que pueden dañarlo, el sistema linfático –que es paralelo al sistema circulatorio- tiene la doble responsabilidad de mantener el equilibrio de los líquidos del sistema cardiovascular y de distribuir células inmunitarias en el cuerpo para que el sistema inmune pueda hacer su trabajo, así pues, juega un importante papel en la iniciación de la respuesta inmune.
El sistema linfático está formado por el bazo, órgano que se encuentra en el lado izquierdo del cuerpo por debajo de las costillas, que filtra y destruye las células sanguíneas viejas y dañadas y produce glóbulos blancos; ganglios que producen células inmunitarias que ayudan al cuerpo a combatir las infecciones.
También filtran el líquido linfático y eliminan material extraño como bacterias y células cancerosas. Además consta de linfa, líquido que contiene y distribuye los glóbulos blancos, así como de vasos linfáticos que transportan la linfa por todo el cuerpo.
“Los ganglios son nuestros guardianes secretos”, comenta el Dr. Jorge Reskala, médico naturópata experto en neuroendocrinología y nutrición celular, y agrega: “son una especie de pequeños abultamientos en forma de frijol que producen diariamente 11 millones de glóbulos blancos. Tenemos alrededor de 600 ganglios distribuidos a lo largo de todo el cuerpo; se encuentran principalmente en las ingles, las axilas, el cuello, el abdomen y de forma más profunda en los pulmones, el corazón y el sistema nervioso”.
“Además, defienden nuestro cuerpo de amenazas externas como toxinas, metales pesados (generados por la contaminación ambiental), virus y bacterias, por eso cuando se inflaman, es indicativo de que algo está mal en nuestro cuerpo y es necesario atenderlo”, agrega el también fundador y presidente de Biaani, proyecto de salud y bienestar de medicinas integrativas.
El Dr. Reskala explica que a diferencia del sistema circulatorio, el sistema linfático no tiene una bomba como el corazón que lo ayude a funcionar y que active la conducción de la linfa por los vasos.
Esto implica que cuando no se realiza actividad física se estanca, es entonces cuando se guardan toxinas y pies y piernas se pueden llegar a hinchar.
Es importante cuidar el sistema linfático pues según datos del INEGI, el cáncer de ganglios o linfoma es la octava causa de muerte por cáncer en México.
Como el sistema linfático funciona del todo por gravedad, el retorno de la linfa por los vasos es muy complicado si no hay movimiento. Es importante por ello cuidarlo para lo cual el Dr. Jorge Reskala recomienda caminatas diarias de 30 minutos.
También aplicar un masaje realizado con un cepillo corporal (de cerdas naturales) de abajo hacia arriba, practicar respiración consciente tipo yoga y una hidratación adecuada a base de suero (comercial o hecho en casa con agua, miel orgánica, sal de mar y bicarbonato; no consumir agua sola).
“Nuestro cuerpo es sorprendente, realiza más de 300 mil procesos por minuto sin que nos demos cuenta para que podamos funcionar día a día. Lo menos que podemos hacer por él es cuidarlo y darle lo que necesita”, concluye Reskala.