diciembre 21, 2024

Convocan a unir esfuerzos para alcanzar seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe; juntos podemos erradicar hambre, inseguridad alimentaria y malnutrición

alimentación equilibrada
Plenilunia Salud Mujer
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El nuevo informe de Naciones Unidas «Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional 2022» destaca la importancia de tomar medidas urgentes para garantizar que todos tengamos acceso a una dieta saludable y equilibrada. Si todos colaboramos, podemos lograr erradicar el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas para avanzar a un mundo más saludable para todos.

En resumen

Este informe nos permite conocer la situación de la alimentación y la nutrición en América Latina y el Caribe; presenta ideas sobre cómo podemos mejorar las consiciones para que más personas tengan acceso a una dieta saludable. También recomienda algunas políticas sobre la alimentación y la agricultura que podrían ayudar a las personas a alcanzar una dieta saludable.

Puntos a destacar

  • Entre 2019 y 2021, la cifra de hambre en la región aumentó en 13.2 millones, alcanzando un total 56.5 millones de personas con hambre en 2021, situación que también fue afectada por el impacto de la pandemia de la enfermedad de CoVID-19. Un incremento liderado por América del Sur, donde 11 millones de personas adicionales padecieron hambre.
  • Entre 2019 y 2021, el hambre alcanzó una prevalencia del 7.9 % en América del Sur, 8.4% en Mesoamérica y 16,4% en el Caribe
  • 22.5% de las personas en América Latina y el Caribe no cuenta con los medios suficientes para acceder a una dieta saludable.
  • En el Caribe, un 52% de la población ha sido afectada por esta situación; en Mesoamérica este número alcanza el 27.8% y en América del Sur el 18.4%.

Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional 2022

Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional 2022
Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional 2022

El Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional 2022 es una publicación conjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO); el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA); la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS); el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas.

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El informe nos revela información que respalda el hecho de que muchas personas en América Latina y el Caribe no pueden permitirse tener una dieta saludable. En 2020, 131 millones de personas no pudieron pagar por una dieta saludable, lo que es un aumento en comparación con el año anterior. Esto se debe a que en esta región, el costo de tener una dieta saludable es más alto que en otros lugares del mundo. Por ejemplo, en el Caribe, una dieta saludable cuesta 4.23 dólares al día, mientras que en América del Sur y Mesoamérica cuesta 3.61 y 3.47 dólares; un poco menos, pero aún resulta caro respecto al nivel de ingreso.

Impacto del conflicto en Ucrania

Desde 2020, los precios de los alimentos han aumentado a nivel mundial, especialmente después del conflicto en Ucrania. Además, los precios de los alimentos están subiendo más rápido que los precios en general. Todo esto significa que es más difícil para la gente poder pagar por una dieta saludable. Es importante para nuestri bienestar tener una dieta equilibrada y saludable.

Recomendaciones y un análisis de políticas

El informe presenta algunas recomendaciones y un análisis de políticas para trabajar en soluciones para que las personas puedan acceder a una dieta saludable. Especialmente para mejorar la disponibilidad y asequibilidad de alimentos nutritivos, para apoyar a las personas más vulnerables y a los hogares de bajos ingresos que gastan una mayor proporción de su presupuesto en alimentos.

Ninguna política por sí sola puede proporcionar la solución a esta problemática. Es necesario reforzar los mecanismos de coordinación nacionales y regionales para responder al hambre y la malnutrición”, señaló Mario Lubetkin, Subdirector y Representante regional de FAO para América Latina y el Caribe.

Para contribuir a la asequibilidad de dietas saludables, se requiere crear incentivos para la diversificación de la producción de alimentos nutritivos dirigidos principalmente a la agricultura familiar y productores y productoras de pequeña escala, medidas para la transparencia de los precios de estos alimentos en los mercados y el comercio, transferencias en efectivo y otras acciones como la mejora de los menús escolares”, concluyó Lubtekin.

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Mejoras necearias para lograr mayor certidumbre

Las políticas que rigen al comercio y los mercados pueden ayudar a garantizar que las personas tenga acceso a alimentos saludables y nutritivos. Estas políticas pueden hacer que el comercio de alimentos entre diferentes regiones sea más claro y eficiente. Teniendo como resultado menos incertidumbre y capacidad de prever lo que sucederá en el futuro, lo que a su vez ayudará a asegurar una fuente más estable de alimentos saludables.

Hablamos de la región del mundo con la dieta saludable más costosa, lo que afecta particularmente a las poblaciones vulnerables —pequeños agricultores, mujeres rurales y poblaciones indígenas y afrodescendientes—, las cuales destinan un mayor porcentaje de ingresos a la compra de alimentos”, comantó Rossana Polastri, Directora regional del FIDA. “Para revertir esta situación, debemos promover soluciones innovadoras que diversifiquen la producción y aumenten la oferta de alimentos saludables y que mejoren el acceso de los pequeños productores a los mercados y los alimentos de calidad”.

Avances de programas de protección social sensibles a la nutrición 

En el informe, se describe también cómo han funcionado algunos programas de protección social sensibles a la nutrición y que resultan imprescindibles para apoyar las dietas de la población más vulnerable particularmente en situaciones de crisis.

La inseguridad alimentaria seguirá aumentando por la crisis de los precios de los alimentos y de los combustibles causada por el conflicto en Ucrania y las secuelas de la COVID-19”, dijo Lola Castro, Directora regional del WFP. “Debemos actuar ya, pero ¿cómo podemos hacerlo? Apoyando a los gobiernos a expandir las redes de protección social porque la pandemia volvió a demostrar que la protección social es útil para mejorar la asequibilidad a una dieta saludable evitando que crisis como esta golpeen aún más a las poblaciones afectadas”.

Redoblar esfuerzos para erradicar la malnutrición

Otras políticas alimentarias, como el etiquetado nutricional, el subsidio de alimentos nutritivos y la aplicación de impuestos sobre alimentos de alta densidad energética y mínimo valor nutricional que no contribuyen a dietas saludables, si están bien diseñadas, podrían desempeñar un papel en la asequibilidad de las dietas saludables y prevenir enfermedades relacionadas con el sobrepeso y obesidad.

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Debemos redoblar los esfuerzos para abordar la malnutrición en todas sus formas promoviendo políticas públicas para crear entornos alimenticios saludables, eliminar las grasas trans de producción industrial, implementar el etiquetado frontal de advertencia, regular la publicidad de alimentos no saludables, establecer impuestos a las bebidas azucaradas, y apoyar las políticas de alimentación saludable y actividad física en las escuelas”, consideró la Directora de la OPS, Carissa F. Etienne. “Comprender los factores que determinan las malas prácticas alimentarias es clave para encontrar soluciones y asegurar que todas y todos en la región puedan acceder a una alimentación saludable”, destacó.

Por ejemplo, los países con mayores niveles de pobreza y desigualdad tienden a presentar mayores dificultades para acceder a una dieta saludable. Esto se asocia directamente con una mayor prevalencia de hambre, desnutrición crónica en niños y niñas y anemia en mujeres de 15 a 49 años.

Para que los niños y las niñas puedan crecer sanos, no sólo es urgente asegurar la disponibilidad de alimentos nutritivos a precios asequibles. También es necesario desarrollar políticas públicas que garanticen una nutrición adecuada, además de consejería nutricional, focalizando acciones en las poblaciones más vulnerables”, señaló Garry Conelli, Director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.

En conclusión

En parrafó final de la conclusión del informe se expone «Los gobiernos, las organizaciones internacionales, la academia, la sociedad civil y el sector privado deben aunar esfuerzos y trabajar juntos durante los años restantes del Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición (2016-2025) y la Agenda 2030«.

La situación actual requiere redoblar el trabajo en equipo para abordar este desafío crucial para la salud pública en el que los grupos de población más afectados son los niños y niñas menores de 5 años y las mujeres, pues sufren una mayor prevalencia de inseguridad alimentaria que los hombres. Y a pesar del dificíl panorama socioeconómico de América Latina y el Caribe se debe mantener una perspectiva optimista; y creer en nuestra capacidad para continuar avanzando hacia mundo más saludable para todos y libre de la malnutrición[.]

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