El Pastel

Una de las lección más difíciles que debemos aprender en nuestra vida, se da cuando tomamos la decisión de invertir tiempo, esfuerzo, y entrega en apoyar a una persona de buena fe a elaborar “Un Pastel”, es inevitable sentirnos emocionados, orgullosos y con un enorme gusto, cuando el resultado final es favorable.

personas en una oficina comiendo un pastel casero
Lo más importante no es lograr hacer un gran pastel, sino que ese “Pastel”, refleje nuestra mejor versión y entereza como seres humanos.

Después de apretar los puños y brincar jubilosos junto a la persona a la que con cariño apoyamos, repasamos automáticamente en cámara rápida en nuestra mente, el proceso de preparación del pastel.

No dudamos, ni por un momento, que somos parte de un gran triunfo, independientemente del significado que esto tenga para los demás, nos consideramos parte importante de los protagonistas de esta historia y damos por hecho que así nos consideran.

Lo que en el fondo de nuestro corazón, aunque no lo reconozcamos abiertamente, no esperamos, es que al final de la meta cumplida, después de un “Gracias por participar, te quiero mucho” se repartan todas las rebanadas, y que curioso que la que por merito sentíamos que nos correspondía no llegue a nuestras manos, y no solo eso, sino que te enteras accidentalmente de decisiones importantes acerca del destino del “Pastel“, y no precisamente porque formes parte del proyecto.

Por último la gota que derrama el vaso, se da, cuando eligen para darle una rebanada de último momento a una persona que no tiene la mínima idea de que es un pastel, y mucho menos de cómo hacerlo.

Aprendemos después del golpe a nuestra estima, que tenemos que hacer nuestro propio “Pastel”, y no podemos dar nada por hecho, porque aunque formemos parte de la historia o del camino de otra persona, esto no significa que seamos protagonistas, solo somos acompañantes temporales o permanentes, en diferentes momentos de su vida.

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Cada persona edifica su propia historia y avanza o retrocede en su camino, de acuerdo a su nivel de conciencia, al valor que le dé a la vida, a sus semejantes, y a su amor propio.

Una vez que aceptamos esta realidad, “Tomamos conciencia“ respiramos profundamente y emprendemos el camino de sanación emocional, física y espiritual, necesaria para enfrentar al mundo, desde un ángulo distinto, asumiendo el privilegio de un nuevo inicio, pero esta vez con más sapiencia, voluntad, firmeza y autoestima.

En otras palabras, con las lecciones aprendidas y las batallas ganadas, estamos preparados para elaborar “Nuestro Pastel”.

En el camino de la elaboración de nuestro pastel, pase lo que pase, tenemos que enfocarnos en nuestro objetivo, con la tranquilidad y confianza de la lección aprendida, sin apasionamientos, ni pensamientos de venganza contra quien pensamos que actúo mal con nosotros, ni con el afán de demostrarle nada a nadie.

En este punto de nuestra vida sabemos que debemos invertir nuestro tiempo, energía y emociones, en mejorarnos como seres humanos en todos los sentidos, no con una actitud soberbia, sino con una profunda humildad y agradecimiento, por la oportunidad que hemos generado, a base de nuestro propio rescate, reflexión, crecimiento y esfuerzo.

Con la superación de esta experiencia dolorosa, reconocemos nuestra capacidad, talento, creatividad y valor como seres humanos, así como el de las personas que queremos conservar a nuestro lado, porque nos han demostrado en diferentes momentos de nuestra vida, su solidaridad, amor y apoyo.

Ahora ya estamos preparados para decidir cómo y a quien le vamos a compartir una rebanada de “Nuestro Pastel

Unas de las señales más significativas que nos dan pauta para elaborar nuestro pastel, con madurez y humildad son:

  • Haz fortalecido tu espíritu, superando el dolor del golpe que recibiste.
  • Ya no te sientes victima por la dura lección aprendida, por el contrario agradeces la experiencia.
  • Tus sentimientos y emociones están libres de rencores y negatividad, contra quien consideras no valoro tu apoyo. lo más importante es que de corazón esperas que tenga éxito.
  • Tienes el deseo profundo de mejorar tu vida en todos los sentidos, porque estas consciente de tu capacidad e inteligencia.
  • En lo que menos ocupas tu atención, es en demostrarle a los demás que sabes cómo hacer un “Pastel”, porque con saberlo tú, es más que suficiente.
  • Dejas de preguntar sobre cada decisión que tomas acerca en tu vida.
  • No pretendes con tus acciones la aprobación de nadie, porque tú aprobación es la más importante.
  • No hablas de tus proyectos, simplemente te diriges a ellos.
  • Enfocas tu energía en tu objetivo, ocupas tu tiempo y pensamientos en reunir todos los ingredientes necesarios, para preparar tu “Pastel
  • Tu mayor temor no es equivocarte, porque estas decidido a hacer el mejor “Pastel”, que puedes llegar a hacer, y vas a perfeccionar su preparación cada día, sin perder el entusiasmo.
  • Reconoces que tu experiencia al realizar un pastel para otra persona en el pasado, te da una gran ventaja, porque hoy tienes más experiencia y conocimiento.
  • Has comprendido que un “Pastel”, no se hace para comértelo todo, sino para quedarte con una parte y repartir lo demás, después de todo puedes preparar otro pastel, incluso una variación de postres, la creatividad está en ti y es inagotable.
  • Después de la lección aprendida vas a elegir de manera justa y considerada a quién le vas a dar cada rebanada, porque cualquier bien que podamos hacer por los demás, así como la felicidad se debe compartir. En sentido figurado son las rebanadas de pastel que concedemos, y que nos hacen sentir orgullosos y satisfechos con nuestra vida.
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Lo más importante no es lograr hacer un gran pastel, sino que ese “Pastel”, refleje nuestra mejor versión y entereza como seres humanos.

Al final atreves de ti, la persona que no te valoro, en la mayoría de los casos, con sus escasas excepciones aprende que ese pastel que hiciste con él o con ella, era un regalo muy valioso, y que va a ser difícil encontrar en su camino nuevamente a un ser humano tan especial como tú.

Por ultimo les comparto una mis frases publicada ligada a este ensayo.

Lección/aprendizaje.

En la vida de los demás, independientemente de nuestros pensamientos y sentimientos, llegamos a ser parte de su lección, o de su aprendizaje, de igual manera lo son para nosotros las experiencias vividas con los demás.

Claudia CruzLa Mujer Que Escribe Desde El Corazón

Imagen cortesía de fizkes



Escrito por

La mujer que escribe desde el corazòn


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