Tanto el concepto de belleza como su rol social han cambiado mucho a lo largo de la historia, así como las costumbres en relación con el uso de cosméticos para exaltar determinados rasgos, tanto en mujeres como en hombres.
En la actualidad, el hablar de cosméticos implica una amplia variedad de interpretaciones, que dependen de las características culturales de las diferentes regiones del mundo.
Los cosméticos tienen relevancia desde su definición, uso e importancia, lo que los convierte en un concepto que va más allá de hábitos banales y superficiales.
En México, este concepto ha cobrado gran relevancia este año, marcas como L’Oreal, Natura, MAC, por mencionar algunas, han ampliado su visión como marca y desde hace un tiempo han dejado de seguir estereotipos. Esto sin duda, abre el espacio para incluir a hombres y a la comunidad LGBTTTIQ, así como personas que sufren alguna enfermedad degenerativa o con capacidades diferentes adoptando así el concepto de Belleza Incluyente, como un concepto de aceptación entre la sociedad.
“Gracias a esta visión, hoy podemos ver grandes exponentes como SailorFag y Ophelia Pastrana, influencers que impulsan desde su actuar la aceptación y pluralidad. La industria mexicana de belleza apoya este concepto y cerca del 50 por ciento de las marcas que forman parte de Belleza y Bienestar de la Cámara Nacional de la Industria de Productos Cosméticos (CANIPEC), han destinado un porcentaje considerable de sus productos a este nicho, el cual seguirá creciendo en los próximos años”, comenta Rosa Maria Sanchez Maldonado, líder del programa.
La cultura tradicional parece reconocer sólo los estilos arquetípicos construidos al paso del tiempo por la sociedad como únicas fuentes de belleza física. No obstante, en el presente, el discurso que está dominando es impulsar la autoestima, la autoaceptación y el autocuidado como fuente central para impulsar el bienestar general que, sin duda, contribuyen a la belleza, lo más importante es que cada persona se sienta bien consigo misma.
Bajo este enfoque, “el mercado se ha ampliado considerando a los cosméticos, no sólo como un producto más, sino como una herramienta de la que podemos disponer para cuidarnos, prevenir afectaciones a la salud y sentirnos con más confianza en una sociedad que cambia constantemente” señala Sánchez.
Dado nuestro contexto, el mercado mexicano de cosmética impulsa una visión incluyente que permita no sólo evolucionar, sino atender a la sociedad que busca en la industria una oportunidad para fortalecer su autoaceptación, salud y bienestar.
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