Los beneficios de realizar actividad física son múltiples, sin embargo, es necesario que el médico indique qué ejercicios son los más adecuados para cada persona y así evitar lesiones o esfuerzos innecesarios.
[recuadro]La Secretaría de Salud subraya que el mayor descuido durante la actividad física es la deshidratación, ante ello se recomienda tomar agua antes, durante y después del ejercicio para mantener la capacidad del organismo en óptimas condiciones.[/recuadro]
Realizar actividad física con regularidad ayuda a mantener el ánimo, baja los niveles de estrés, controla la depresión y la ansiedad, fortalece la autoestima y contribuye a reducir los factores de riesgo cardio y cerebrovasculares, como la presión arterial, el colesterol, los triglicéridos y la glucosa en la sangre.
En el marco del Día Mundial de la Actividad Física, que se celebra el 6 de abril, la Secretaría de Salud invitó a la población a sumarse a este festejo, ya que el ejercicio, además de reducir a mediano y largo plazos los síntomas de depresión, ayuda a liberar endorfinas, sustancias que generan una sensación de bienestar y mejoran el humor.
Las actividades aeróbicas como caminar, trotar, correr, andar en bicicleta, nadar, esquiar o patinar a ritmo sostenido, ejercitan el sistema cardiorrespiratorio, lo cual fortalece el corazón. También, el rendimiento laboral y la energía diaria aumentan, la flexibilidad y la postura mejoran, y disminuye la pérdida de masa muscular.
Si la persona padece problemas articulares se aconseja realizar actividades en el agua, como natación o gimnasia acuática. Los ejercicios con pesas, bandas elásticas y gimnasia contribuyen a preservar y mejorar la resistencia física.
En niños y jóvenes, la práctica de deportes grupales suele ser un estímulo adicional para mantener el interés y saber trabajar en equipo. En los más pequeños, la actividad física no solo ayuda al desarrollo y mantenimiento de un buen estado, sino que también otorga beneficios sociales, emocionales y educativos.