Que alguna parte de nuestro cuerpo como brazos, piernas o espalda, esté expuesta al sol nada más 15 minutos al día, es suficiente para producir la cantidad de vitamina D que necesitamos, la que fija el calcio en los huesos, asegura Luis E. Abreu, director de Biobásica, del grupo Aspid.
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“La piel tiene memoria y los excesos solares cometidos en la infancia o juventud, tarde o temprano acaban por pasar una factura muy elevada a la piel. Todos nacemos con un cupo de células determinado genéticamente para adquirir cierta coloración en la piel, esto significa que contamos con cierta capacidad de bronceado y si se rebasa corremos el riesgo de afectar a la piel, el órgano más grande y sensible del cuerpo”, agregó el experto de Biobasica.
La melanina es una sustancia que evita en gran medida la aparición de quemaduras solares, pero no impide los daños que, a mediano y largo plazo, ejercen los rayos del sol sobre la piel de los niños, adolescentes y adultos
El experto agregó: “No existe una relación directa entre tomar más horas de sol y conseguir un bronceado más intenso. Al contrario, es una pérdida de tiempo que además puede dejar secuelas irreparables en la piel a corto, mediano y largo plazo; lo que nos lleva a comprobar que la protección no es un capricho, sino una necesidad”. De hecho, la radiación solar entre las 10 de la mañana y las 4 de la tardes es la más peligrosa.
Por todo lo anterior el uso de protectores solares, no sólo en la playa, sino mucho más en las ciudades o el campo es muy importante para nuestro bienestar.
Por ejemplo, BioBásica, en cada producto tiene diferentes combinaciones de filtros químicos y pantallas físicas, se debe de considerar el tipo de piel y el tiempo de exposición que se pretende tener. Los productos más espesos y oleosos forman una capa más espesa y no se desprenden con tanta facilidad dentro del agua, siendo la mejor opción para los niños y deportistas, pero pueden causar acné en quien tiene la piel grasosa. Los productos en
gel no empeoran el acné, sin embargo salen con mayor facilidad ante la sudoración y difícilmente contienen los filtros físicos en su fórmula.
Usa y aprovecha los protectores solares, que además de salvaguardar tu piel te dan protección contra los efectos nocivos de los rayos UVB que penetran hasta la epidermis, mientras que los UVA penetran más profundamente.
Por eso, llega un momento en que la piel no se broncea más, por mucho que insistas en ampliar las horas de exposición solar. Lo único que conseguirás es acelerar el proceso de envejecimiento, sembrar tu epidermis de manchas e incluso predisponer tu piel para daños más graves”, asegura Luis E. Abreu Contreras, Director de BioBásica, división de Aspid.
