«Realmente así eres«, esta frase la he escuchado muchas veces, la pregunta es: ¿Un momento define quien eres realmente, sobre todo define tu esencia?
Todas las personas hemos experimentado en nuestra vida momentos eufóricos, histéricos, dramáticos, exagerados donde expresamos palabras altisonantes y sacamos nuestro dolor, frustración o enojo, a pesar de ser la mayor parte del tiempo personas tranquilas y armoniosas. Sin lugar a dudas nuestro cuerpo y emociones en determinadas situaciones nos sorprenden y pasan por encima de nuestras «Condiciones normales«.
Esto que menciono viene a la reflexión, porque si todos hemos experimentado estas situaciones y emociones y estamos conscientes de esto ¿Porque cuando vemos que una persona está pasando por estos momentos tan particulares , la expresión más común que escucha es: «Ahora te conocí tal cual eres«, ¿Entonces es falso o hipócrita?, ¿Ósea la parte negativa en un momento define quien es la persona realmente ? Si esto es cierto, ¿No son las personas amables, armónicas, sinceras, amorosas, honestas, cultas e inteligentes que son la mayor parte del tiempo?.
Les comparto solo mi punto de vista: Lo más justo que podemos hacer para definir a una persona es sumar el conjunto de todos los momentos en que la hemos conocido, así no descalificaríamos tan a la ligera a alguien por una acción y no perderíamos a personas valiosas en nuestra vida ¿Esto es de personas inteligentes y maduras no lo crees?.
Las personas en general tenemos un grado de vulnerabilidad que varía de acuerdo a nuestras experiencias, los obstáculos que se nos presentan y a la manera como interpretamos lo que nos ocurre.
La vida es tan sorpresiva que como los medicamentos a los que somos alérgicos nunca sabemos nuestra reacción hasta que los tomamos, lo mismo acurre con nuestras reacciones ante lo inesperado, la parte positiva es que a través de estos momentos tan particulares descubrimos nuestras fortalezas y debilidades, esto de alguna manera aunque en muchas ocasiones lo consideremos negativo porque nos hace perder el control, nos da lecciones valiosas de aprender.
Hay días tan desafortunados, que parece que el destino nos jugó una broma pesada, cometemos errores infantiles, que de manera consiente no cometeríamos, para colmo con las personas con las que desearíamos conservar la mejor imagen y su aprecio, en los lugares menos apropiados y por los motivos más absurdos. Una razón puede ser que «Al mejor cazador se le va la liebre» o bien que de plano tienes que vivir un día momentos que has criticado en los demás que jurabas que nunca te van a pasar a ti, porque tú siempre has sido discreto y cuidadoso.
Este tipo de experiencias sirven, porque nos damos cuenta que entre lo que pensamos que haríamos y la realidad a veces hay un gran abismo y si hemos hablado ya suficiente de lo que “haríamos” en el caso que se nos presentó y actuamos en contrario es peor, porque no solo sentimos frustración y enojo , sino también vergüenza.
Conforme crecemos emocionalmente nos damos cuenta que el caer en estas situaciones solo nos hace “personas normales“ en proceso de crecimiento y además la buena y mala noticia para algunos es que esto seguirá pasando , porque nunca se deja de aprender y esta es la alternativa más cercana a crecer , yo diría que son exámenes sorpresa de la vida , para demostrarnos que tanto tenemos desarrollados valores como: la humildad , comprensión y solidaridad , no solo hacia nosotros sino hacia los demás .
Tal vez la lección que tenemos que aprender es que no estamos exentos de provocar decepciones en los demás, pero lo más importante, que tampoco estamos exentos de reparar nuestras fallas y en esto último radica como seres humanos nuestro verdadero valor.
