La dieta y la actividad física forman la base del control glucémico en un paciente diabético. Reducen también el riesgo de enfermedades cardiovasculares, condición frecuente en estos pacientes. El ejercicio además de mantener al cuerpo saludable, favorece la receptibilidad hacia la insulina, y está comprobado que evita la depresión y mejora el estado de ánimo.
“El ejercicio físico es una de las formas de tratamiento de la diabetes. El programa debe estar orientado a controlar la glucemia, el mantenimiento del peso ideal, mejorar la calidad de vida y evitar la aparición de posibles complicaciones”, señaló el Dr. Ricado Urrutia, médico del deporte.
Para obtener los mejores resultados, se recomienda realizar ejercicio aeróbico 30 minutos como máximo de manera rutinaria en la semana. Hay que comenzar con una rutina, la cual hay que ir incrementando de manera paulatina sin llegar al agotamiento. Se debe procurar realizar el ejercicio acompañado de otra persona y tomar abundante agua, durante y después de la actividad física.
La práctica con mayor frecuencia trae mayores beneficios. Para mejorar el rendimiento físico se debe realizar entre 3 y 4 veces a la semana; si lo que se busca es la reducción de peso, de 5 a 6 veces por semana. Todo diabético debe mantener el metabolismo en actividad, ya que esto regula los niveles de glucosa, el ejercicio es un factor que mantiene esos niveles. Para un diabético sedentario es más difícil mantener estos niveles estables.
La práctica del ejercicio debe estar orientada al tipo de diabetes que se padece, asegura el Dr. Urrutia. Para pacientes con diabetes Tipo 1, los que son insulinodependientes, “el ejercicio puede aumentar la sensibilidad a la insulina en estos casos, aunque esto no implique un óptimo control de la diabetes de forma automática. Para conseguirlo a largo plazo, los pacientes deben desarrollar una actividad física diaria y teniendo en cuenta los siguientes factores: el momento del día en que se realiza, su duración e intensidad, los niveles de glucemia antes del ejercicio y el tipo y la dosis de insulina utilizada.”
* Existen una serie de normas básicas que se deben seguir antes de iniciar una sesión de ejercicio:
* Inyectar la insulina en grupos musculares que no se movilicen durante la práctica de ejercicio.
* Planificar el ejercicio para realizarlo de forma regular y a la misma hora cada día, preferiblemente durante las primeras horas de la mañana.
* Adaptarlo al horario de las comidas y de la acción de la insulina.
* Administrar una cantidad extra de hidratos de carbono antes o durante el ejercicio o reducir la dosis de insulina.
* Evitar los ejercicios en condiciones de calor o frío extremos y durante los periodos de descontrol metabólico.
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