Tiempo libre, tiempo de jugar: guía por edades para unas vacaciones sin pantallas

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Durante las vacaciones, cuando los horarios escolares desaparecen y el tiempo libre abunda, es común que los dispositivos electrónicos se conviertan en los principales aliados para entretener a los niños. Sin embargo, este periodo también representa una gran oportunidad para fomentar la conexión real, el juego activo y el desarrollo integral a través de actividades lúdicas lejos de las pantallas. Recuperar el tiempo para jugar, explorar y compartir en familia no solo crea recuerdos entrañables, sino que impulsa habilidades clave en la infancia.

Claudia Medeiros, directora de Autism Center Mexico City (ACMC), especialista en Psicología y Análisis Aplicado de la Conducta con formación en Canadá, España y Estados Unidos, lo resume así: “Jugar es una forma de conectar, de enseñar, de construir habilidades. A través del juego, los niños aprenden a conocerse, a comunicarse y a entender el mundo.”

Actividades recomendadas según la edad

👶 De 6 a 18 meses
Juguetes que enseñan causa y efecto como luces o sonidos al presionar botones, libros sensoriales y bloques apilables son ideales. Marcas como Fisher Price, Baby Einstein o Melissa and Doug ofrecen opciones educativas seguras para esta etapa.

Imágenes: cortesía.

🧩 De 18 a 24 meses
Aquí comienza el reconocimiento de objetos, sonidos y acciones. Se recomienda introducir rompecabezas simples, juegos de clasificación, canciones y actividades motrices como patear o empujar pelotas. LeapFrog, Learning Resources y los libros de Eric Carle son grandes aliados.

🎭 De 2 a 3 años
El juego simbólico toma fuerza: jugar al doctor, disfrazarse o cuidar una muñeca permite desarrollar empatía y turnos. También se refuerzan conceptos como colores, números y letras. Marcas como Play-Doh, Hasbro y Lego Duplo enriquecen esta etapa.

🖍️ De 3 a 4 años
Aumenta la complejidad: vocabulario más amplio, conceptos de tamaño, ubicación y coordinación. Es buen momento para dibujar, recortar y armar rompecabezas más complejos. Las bicis, pelotas, juegos de asociación o de memoria son ideales. Smart Games, Scholastic y Lego siguen siendo aliados confiables.

El juego como reflejo del desarrollo

Para Claudia Medeiros, el juego no es sólo diversión: es una herramienta diagnóstica. «Un juguete bien elegido puede mostrar avances o alertar sobre áreas que requieren apoyo», afirma. Además, enfatiza que el acompañamiento adulto es irremplazable: jugar juntos es también formar vínculos.

Menos pantalla, más conexión

Incluir actividades por edades no solo estimula el aprendizaje, también fortalece el vínculo familiar. Y lo mejor es que no necesitas tecnología, solo ganas de compartir.

Estas vacaciones, guarda el control remoto, saca los bloques y deja que tu hija o hijo te guíe en el juego. Porque cada minuto lejos de las pantallas es una oportunidad para crecer juntos.

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