La meditación se ha convertido en una práctica recurrente, no sólo como tendencia, sino por sus efectos positivos en la salud, de acuerdo con diferentes estudios.
Antes de comenzar a meditar debes de saber sobre sus beneficios. Según un equipo de neurólogos de la Universidad de Wisconsin en colaboración con el Monasterio Scheche, en Nepal, realizaron un estudio comparativo entre los cerebros de monjes budistas y estudiantes universitarios estadounidenses sin instrucción en alguna práctica de meditación.
El estudio reveló que la coordinación neuronal en el cerebro de los monjes era diferencialmente superior.
Asimismo, el Hospital General de Massachusetts, en colaboración con la Universidad de Yale y el MIT, realizó un estudio sobre la diferencias entre los cerebros de las personas que meditan y quienes no.
Los cerebros de las personas que practican mindfulness presentaron “mayor grosor y densidad de materia gris en el hipocampo, en la zona cerebral relacionada con el aprendizaje, la concentración, la empatía y la memoria”. También experimentaron reducción de estrés y ansiedad.
De acuerdo con Mar del Cerro, maestra en meditación, relajación y mindfulness por la Universidad de Barcelona y creadora de Medita Podcast, más allá de los zafus, altares, incienso, horas de contemplación, música rara y otros clichés, la meditación es una práctica de amor propio.
Si eres principiante y te preguntas qué necesitas para comenzar y disfrutar de sus beneficios, Mar del Cerro da 5 consejos para que inicies en este camino:
Intención
La intención es de las cosas más importantes porque te guiará y motivará en todo tu camino. No te preocupes si no lo tienes claro en un principio, tu intención puede cambiar. Por ejemplo, puedes empezar a meditar porque no estás durmiendo como antes y quieres descansar mejor.
Ya que lo logras, tu intención cambia y, ahora, puedes meditar para sentirte más relajado y quieres estar más presente con tu familia.
La intención es un punto en el mapa al que quieres llegar, sin embargo no es el fin del camino. Tienes que preguntarte por qué quieres comenzar a meditar y qué te llama a hacerlo.
Las razones las tienes que dejar claras en una agenda, en el fondo de pantalla de tu celular o con imanes en tu refri para que cada vez que lo veas recuerdes por dónde vas y a dónde quieres llegar.
Espacio en tu agenda
Aparta 10 minutos al día para meditar. Puede ser al despertar, antes de levantarte de tu cama, en cuanto se van tus niños a la escuela, después de desayunar o antes de dormir. La idea es que el horario te acomode y se adapte a ti.
Lo recomendable es que lo agendes, de esta manera tendrás esos 10 minutos apartados y será más probable que practiques.
Audio o Guía
Puedes acompañar tu meditación con una playlist musical o alguna guía que te guste y te acomode.
Es importante que comiences con meditación guiada, ya que te da un punto donde poner tu atención y tu mente no divaga tanto. Poco a poco podrás irte al silencio y llevar tú solo tu práctica.
Hay muchos tipos de guía, se recomienda que sea en tu idioma natal y si es música la escuches por completo antes de meditar para no llevarte ningún susto que te distraiga y desconecte.
Alarma o cronómetro
Si vas a meditar 10 minutos, pon una alarma a los 12 o 15 minutos. Esto te ayudará a saber que no te vas a pasar o que si te quedas dormido despertarás y no se te hará tarde.
Recuerda que dormir no está mal, quiere decir simplemente que te estás relajando de más y te falta concentración, eso solo se consigue con la práctica. Sigue meditando, pon tu alarma y lo lograrás en menos de lo que crees.
Paciencia, curiosidad y mucho amor
No seas tan estricto contigo mismo y trates de evaluar tu desempeño. Por el contrario, suelta la necesidad de hacerlo perfecto, date cuenta que los pensamientos que te distraen son únicos y dicen mucho de ti.
No te enojes contigo por “no lograrlo”. Observa qué es lo que te llama la atención, qué te saca de la concentración y encontrarás cosas increíbles de tu persona.
Ten paciencia, nada de lo que sabes hacer hoy lo aprendiste a la primera. Cultiva tu curiosidad, tu práctica es única. Déjate inundar por la experiencia, con el amor descubrirás cosas fascinantes. Abrázalas, ámalas y agradécelas porque son parte de ti. La meditación puede ayudarte a liberarlas, sanarlas, relajarlas o repetirlas.
Esto es lo que necesitas para comenzar. Como te habrás dado cuenta, todo lo tienes ya contigo, sólo es cuestión de que inicies.