Especialistas llaman nuestra atención para concientizarnos sobre la importancia de la prevención, diagnóstico y tratamiento de las hepatitis virales. Se busca acentuar el papel crucial que estas acciones desempeñan en la reducción de la necesidad de trasplantes de hígado. Además de la mejoría de la calidad de vida de los pacientes que necesitan terapia inmunosupresora post-trasplante.
La vacunación y el acceso a tratamientos antivirales son pilares fundamentales
Es en este contexto el Dr. Andrés Beck Magaña, médico cirujano y gerente médico de Caritas Pharma destaca que “la hepatitis, especialmente tipo B y C, son causas principales de enfermedades hepáticas crónicas. Éstas, a menudo, resultan en la necesidad de un trasplante de hígado. La prevención y el tratamiento oportuno de estas infecciones pueden reducir significativamente la necesidad de trasplantes hepáticos. Es fundamental la educación en la población sobre cómo protegerse contra estas infecciones y sobre la importancia de la detección temprana y el tratamiento adecuado”.
La vacunación y el acceso a tratamientos antivirales son pilares fundamentales en la lucha contra la hepatitis. Además, el diagnóstico temprano permite intervenciones que pueden prevenir la necesidad de un trasplante. Aunque la hepatitis C y los trastornos autoinmunitarios tienden a recidivar en el hígado trasplantado, la supervivencia sigue siendo buena. Después del trasplante, el porcentaje de receptores de un trasplante hepático que sobreviven es: al cabo de un año, 90 a 95%; al cabo de 3 años, 80 a 85%; y al cabo de 5 años, alrededor del 75%.
El transplante de hígado es la extracción quirúrgica de un hígado sano
El trasplante de hígado es la extracción quirúrgica de un hígado sano o, a veces, de una parte del hígado de una persona viva. Posteriormente se transfiere a una persona cuyo hígado ya no funciona. Para aquellos pacientes que recibieron un trasplante de hígado, la terapia inmunosupresora es vital para evitar el rechazo del órgano trasplantado y así lograr la mejor calidad de vida posible. Estos medicamentos anti-rechazo, aunque cruciales, requieren una gestión cuidadosa para evitar complicaciones, por ejemplo, limitar el riesgo de infecciones y enfermedades.
Las terapias con inmunosupresores pueden ser de inducción, de uso intravenoso, para prevenir el rechazo agudo y crónico durante las primeras semanas post-trasplante. También pueden ser de mantenimiento, de uso oral, que deben tomar a largo plazo para conseguir una buena función del injerto con la máxima supervivencia del receptor.
El Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA) informa que había 210 receptores de hígado en lista de espera siendo el tercer órgano más solicitado
“Aunque esta jornada del Día Mundial de la Hepatitis busca aumentar la conciencia y prevención de las hepatitis virales, también pretende reducir la necesidad de trasplantes de hígado y mejorar los resultados para aquellos que lo requieren”. Esto lo menciona el Dr. Andrés Beck, aprovechando la ocasión para fomentar la donación de órganos: “La generosidad de los donantes puede ofrecer una nueva oportunidad de vida a quienes enfrentan enfermedades terminales hepáticas y otras condiciones severas. Es uno de los gestos más altruistas y valiosos que una persona puede hacer”.