El deporte ha sido tradicionalmente un espacio reservado mayoritariamente para hombres, pero las últimas dos décadas han marcado una transformación significativa en la inclusión de las mujeres.
Desde hitos históricos hasta iniciativas pioneras, las mujeres están reclamando su lugar y construyendo un camino hacia la equidad en el deporte.
En los últimos 20 años, las mujeres han protagonizado momentos icónicos en diversas disciplinas deportivas:
Fútbol Femenino y visibilidad global
La Copa Mundial Femenina de la FIFA ha sido clave en esta revolución. En 2019, el torneo en Francia rompió récords de audiencia con más de mil millones de espectadores, consolidando al equipo de Estados Unidos como un referente mundial y abriendo debates sobre igualdad salarial en el deporte.
El regreso de los Juegos Olímpicos de Londres 2012
Estos juegos pasaron a la historia como los primeros en incluir a mujeres en todas las disciplinas. Además, fue la primera vez que todas las delegaciones enviaron al menos una atleta femenina, marcando un precedente para futuras competencias.
La revolución del tenis
Las hermanas Serena y Venus Williams no solo redefinieron el tenis femenino, sino que también rompieron barreras raciales y económicas. Serena, con 23 títulos de Grand Slam, es considerada una de las mejores atletas de todos los tiempos.
Premios y reconocimiento
En 2020, Megan Rapinoe, futbolista estadounidense y activista, recibió el Balón de Oro Femenino y aprovechó su plataforma para exigir igualdad de género y derechos LGBTQIA+.
A pesar de estos avances, las mujeres enfrentan desigualdades significativas en términos de visibilidad, financiación y oportunidades. Según ONU Mujeres, solo el 4% de los artículos deportivos se centra en mujeres, lo que perpetúa la falta de referentes femeninos y limita el acceso de las niñas a este ámbito.
Frente a este panorama, iniciativas como «Una Victoria lleva a la otra» de ONU Mujeres y el Comité Olímpico Internacional han sido fundamentales para promover la inclusión desde las bases. Este programa utiliza el deporte como una herramienta de empoderamiento para adolescentes en América Latina, proporcionándoles habilidades de vida, espacios seguros y oportunidades de liderazgo.
Desde su creación en 2016, Una Victoria lleva a la otra ha impactado a miles de jóvenes en Argentina, Brasil y otras regiones, fomentando la confianza, la autoestima y el liderazgo. Además, aborda temas como la violencia de género y la equidad, promoviendo cambios sociales a largo plazo.
El camino hacia la inclusión total sigue siendo un desafío, pero los avances logrados son innegables. Las mujeres están redefiniendo el deporte, no solo como atletas, sino también como entrenadoras, dirigentes y líderes en el ámbito deportivo.
Programas como este muestran cómo el deporte puede ser un motor para transformar vidas y sociedades, derribando barreras de género y ofreciendo oportunidades para todas.
Es fundamental seguir apoyando y visibilizando estos esfuerzos, celebrando los logros alcanzados y trabajando hacia una verdadera equidad en el deporte.