noviembre 27, 2024

Lo que debes saber sobre la vitrificación de óvulos

Plenilunia Salud Mujer
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La evolución del estilo de vida a lo largo de los años ha hecho reconsiderar muchas decisiones que marcarán nuestro futuro. Ser madre, por ejemplo, es una de las elecciones que más ha cambiado a lo largo de los años pues impacta directamente en nuestro desarrollo personal, profesional y laboral como mujer.

Esto lo podemos ver en la tasa da natalidad en México, la cual ha descendido desde 1970 hasta nuestros días. Los cambios socioeconómicos como la primera crisis económica, el aumento de la inflación y la deuda externa, hicieron que las familias redujeran la cantidad de hijos. Si bien la tasa de fecundidad en 1970 era de 7 hijos por mujer, para 2020 ya era de 2.

Por otro lado, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), desde 2011 inició el punto más bajo de natalidad en los últimos 10 años, siendo el 2020 el que registró menos nacimientos con una disminución de 22% sobre el año anterior. Esto derivado de la pandemia de COVID-19 y los profundos cambios en el estilo de vida.

A partir de los 30 años, la fertilidad de la mujer comienza a disminuir, acelerándose a partir de los 35. Es por ello que, desde la década de 1980, la congelación de óvulos ha sido una alternativa para aquellas parejas que deciden postergar un embarazo. Imagen: Depositphotos

Ser madre, una decisión que se prolonga

Todos estos cambios en el estilo de vida nos han replanteado los planes de tener hijos. En este sentido, es necesario tomar en cuenta que la fertilidad de una mujer (definida como la capacidad de embarazarse) alcanza su punto álgido entre el final de la adolescencia y el final de la veintena.

Esto significa que, a partir de los 30 años, la fertilidad de la mujer comienza a disminuir, acelerándose a partir de los 35. Es por ello que, desde la década de 1980, la congelación de óvulos ha sido una alternativa para aquellas parejas que deciden postergar un embarazo.

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La reproducción asistida

Fue durante los años 50, que la medicina comenzó a experimentar con la reproducción asistida. En 1978 el ginecólogo Patrick Steptoe y el fisiólogo Roberto Edwards (Premio Nobel de Medicina 2010) lograron un hito histórico para el mundo de la medicina.

El nacimiento por cesárea de Louise Brown, hija de Lesley y John Brown. La primera niña concebida en el mundo a través de fecundación in vitro. Además, fueron varios los niños que se concibieron por esta técnica durante la siguiente década.

La técnica de reproducción asistida consiste en obtener los óvulos de la mujer para conservarlos a temperaturas muy bajas (-196 ºC) durante un tiempo indefinido. Dicho método ayuda a preservar la fertilidad. Imagen: Sadrenalina.

Sin embargo, no fue hasta 1983 que el equipo australiano dirigido por Trounson y Mohr lograr con éxito el nacimiento tras la criopreservación y descongelación de embriones. A pesar de los resultados, es necesario resaltar que los países consideraban estas técnicas como procedimientos controvertidos y experimentales, por lo que su disponibilidad era muy limitada.

Los últimos avances los tendremos a partir de 2007, cuando se registró en España, el primer nacimiento tras la vitrificación de ovocitos, lo anterior gracias a un equipo liderado por la Dra. Cobo del IVI.

La vitrificación de óvulos

Esta técnica de reproducción asistida consiste en obtener los óvulos de la mujer para conservarlos a temperaturas muy bajas (-196 ºC) durante un tiempo indefinido. Dicho método ayuda a preservar la fertilidad ya que mantiene la calidad ovocitaria durante todo el tiempo que los ovocitos permanezcan vitrificados.

Esto significa que los óvulos tendrán la misma calidad que poseían en el momento de congelarse para cuando la mujer decida utilizarlos. Cabe destacar que existen múltiples pasos a seguir si quieres utilizar esta técnica.

Todo inicia con una ecografía vaginal que pretende evaluar tu reserva de óvulos y medir tus niveles hormonales. El médico tomará una muestra de sangre para analizar tres hormonas clave. La hormona foliculoestimulante (FSH), el estradiol y la hormona antimülleriana.

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El médico calcula el potencial de fertilidad

Es a partir de los niveles de estas hormonas que el médico calcula el potencial de fertilidad y determina la dosis adecuada de estimulantes. El objetivo es que los óvulos que se almacenan en los ovarios se liberen. Posteriormente el tratamiento incluye inyecciones diarias de hormonas durante 10 o 12 días para provocar la maduración de un grupo de óvulos en los ovarios.

Después de un tiempo aproximado de 8 a 14 días de tratamiento y tras una “inyección desencadenante”, la paciente se somete a una aspiración de óvulos (10 o más). Una vez aspirados, los óvulos se limpian y se congelan rápidamente a -196 ºC.

Cabe destacar que, si una mujer decide utilizar estos óvulos, es necesario descongelarlos y fecundarlos con espermatozoides en una placa de laboratorio. Este procedimiento se conoce como fecundación in vitro.

De tres a cinco días después de la fecundación, el embrión se transfiere al útero la mujer. En ese sentido, si una mujer congela sus óvulos a los 34 años, su tasa de embarazo será similar a la de la FIV a los 34 años, independientemente de su edad.

Finalmente, hay que considerar que, antes de los 35 años, es el momento óptimo para congelar los óvulos, pues es cuando estos están más sanos y los ovarios responden mejor a la estimulación.

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