Los buenos hábitos comienzan temprano, lo que hace que sea muy importante que los niños desde la edad preescolar coman los alimentos que necesitan [1]. Pero lograrlo puede convertirse en una verdadera «batalla«, por lo que te presentamos 5 consejos en un sencillo “plan de batalla” para ponernos CAPAS de superhéroe y juntos alcanzar sanos hábitos nutricionales.
Seamos honestos: los niños en edad preescolar son todo un reto a la hora de comer. Están más ocupados escupiendo el brócoli, jugando con la comida o corriendo por toda la cocina, en lugar de concentrarse en lo que comen. Una verdadera batalla.Así que la mayoría de las veces, el que llegue algo de comida a su boca se considera toda una victoria. Pero cuando se trata de la nutrición de niños a esta edad, la verdadera victoria es lograr que aprendan a comer sano durante toda su vida.
Los buenos hábitos comienzan temprano
Una serie de estudios publicados en la revista Pediatrics [1] y patrocinados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades, así como por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) mostró que los hábitos alimenticios de un niño se consolidan al inicio de su vida y que mientras más pronto los niños comiencen a comer alimentos sanos, mejor será su salud a largo plazo. Es más, la nutrición de tus hijos es esencial para su crecimiento, desarrollo y salud actuales.
Pero, desafortunadamente, los niños no van a aprender a comer sano ellos solos. “Los padres son el ejemplo esencial cuando se trata de enseñar buenos y saludables hábitos alimentarios a sus hijos”, explica Carlett Ramírez, Directora Médica del área de Nutrición de Abbott. “Pero entre las presiones del tiempo y la insistencia de ellos, a veces como padre uno puede rendirse y no saber qué hacer o qué opciones saludables ofrecerles.
Sin embargo, es importante darse el tiempo necesario cuando los hijos son pequeños porque se hace más difícil a medida que crecen”.
¿Desde cuándo las papas fritas se convirtieron en verduras?
Un ejemplo: Un estudio sobre consumo de alimentos en más de 3 mil infantes y niños en edad preescolar mostró que el 27% no consumía frutas, el 32% no consumía verduras y que a los 15-18 meses de edad, las papas fritas eran la “verdura” más común en su alimentación. Es importante aclarar, que las papas no son verdura, son tubérculos los cuales, por su contenido de carbohidratos son más parecidos a los cereales, y además al estar fritas pueden contener una gran cantidad de grasa.
De acuerdo con una investigación de 2015 publicada en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics [2], mientras más frutas y verduras coma un niño a los 14 meses, más probabilidades habría de que le gustaran esos alimentos y de que no fuera quisquilloso para comer a los 3.7 años de edad.
Admitámoslo, lograr que tu hijo esté en el camino de una alimentación sana para toda la vida —y de todos los beneficios de desarrollo, de fortalecimiento cognitivo y de salud que trae consigo— es una tarea enorme. ¡Pero sí es posible! Y hay una manera sencilla de recordar algunas estrategias fáciles.
CAPAS de superhéroe para una nutrición saludable
Todo lo que tienes que recordar las bases de este plan que es poner: Creatividad, Acción, Perseverancia, Actitud de ejemplo y Sincroníate –por sus siglas se denomina CAPAS– y aplicar los siguientes 5 consejos vitales para ser un superhéroe de la alimentación saludable en cada alimento del día y así enseñar a tus hijos en edad preescolar a comer saludablemente toda su vida.
Creatividad: Procura tener un menú variado
“Mientras más variedad le ofrezcas a tus hijos, mejor”, dice Carlett Ramírez. “El que no le haya gustado el camote en la forma en que se lo ofreciste la primera vez, no significa que definitivamente no le guste el camote. Ofréceselo de otra forma, acompañado de algo diferente.
El acompañamiento es importante. Si al niño no le gustan los plátanos, pero le gusta la crema de cacahuate, ofrécele una rebanada de plátano untada con crema de cacahuate”. Ricos dips e incluso algo de queso para las verduras algo amargas pueden ser de gran utilidad.
También es importante asegurarte de que, cuando le presentes a tu hijo un nuevo alimento saludable o le sirvas los tradicionales preparados de forma diferente, siempre incluyas un alimento que ya sabes que sí le gusta. De esa forma, tienes la seguridad de que algo en el plato va a tener éxito y que el niño se sentirá más cómodo con cualquier cosa nueva que aparezca ahí mismo.
Además, el procurar dar una variedad de alimentos e ingredientes en cada comida, te ayudará a que con toda seguridad tu niño reciba la amplia gama de nutrientes necesarios para un crecimiento y desarrollo óptimos. Los lineamientos alimenticios de 2015 de la Academia Americana de Pediatría recomiendan una alimentación a base de verduras, frutas, granos, productos lácteos bajos en grasa (después de los 2 años) y fuentes de proteína de calidad, incluyendo carnes magras, pescado, nueces, semillas y huevos.
Acción: Haz que tu hijo se sienta parte del proceso
Además de enseñarlos a tomar decisiones sanas y nutritivas, hacer que los niños participen en la toma de decisiones, incrementa las probabilidades de que sí se coman la comida sana que está en sus platos, dice Carlett Ramírez.
Procura llevar a tu hijo contigo al supermercado para escoger algunas frutas o verduras que quiera probar, aunque eso signifique que debas cortar un coco por la mitad para que el niño lo explore. Hacer que el niño se sienta parte del proceso es algo básico para establecer hábitos que duren toda la vida.
Otra forma de involucrar a tu hijo a la hora de la comida es permitiéndole ir a la tienda y escoger platos, vasos y cubiertos divertidos y apropiados para niños. ¡Pueden incluso ser platos con superhéroes!
Perseverancia: No rendirse
Más fácil decirlo que hacerlo, ¿verdad? Pero es posible y vale la pena. Por más agotador que sea el momento de la comida con niños en esta edad, es importante que los papás mantengan la calma y no usen el postre como recompensa por un plato limpio. “Una nueva investigación de la Universidad de Aston muestra que el uso de la comida como premio o aliciente en edades tempranas puede enseñarle a los niños, sin quererlo, a depender de la comida para lidiar con sus emociones”, dice Carlett Ramírez. “Así que no te pongas triste o enojada ni muestres desaliento. Tu hijo no debe ver conexiones emocionales con la hora de la comida”. Recomienda imponer una regla muy sencilla: no tienes por qué dejar tu plato limpio ni todo tiene que gustarte, pero tienes que comer un bocado de cada alimento.
Actitud de ejemplo: Come como quieras que coma tu hijo
“Haz lo que yo digo, no lo que yo hago” no funciona muy bien con los niños, especialmente cuando se trata de la hora de la comida. Después de todo, si esperas que tu hijo se coma un desayuno completo todos los días y tú te saltas el primer alimento, estás enviando mensajes contradictorios sobre si realmente el desayuno “es la comida más importante del día”. Mamá y papá deben mostrar a sus hijos que ellos también valoran y aplican los hábitos nutricionales que esperan de sus hijos: comen a sus horas, se sientan a comer, comen una gran variedad de alimentos saludables y están dispuestos a probar alimentos nuevos y diferentes, e incluso a darle una segunda oportunidad a alimentos que en el pasado no les han gustado, dice Carlett Ramírez. (Por suerte, ¡el gusto de los padres también cambia con el tiempo!).
Sincronía en horarios: Servir 3 comidas y 2 colaciones cada día
Entre nuestros horarios tan apretados y el apetito tan variable de los niños, los horarios de comida a veces se convierten en unos cuantos bocados por aquí, una comida más tarde y el resto del día llevárselo con colaciones. Pero un horario de comidas sincronizado, en el que haya 3 comidas formales y 2 colaciones al día puede ayudar a que las cosas sean menos caóticas, que tu hijo se mantenga con energía y que aprenda que, si no se come su comida al mediodía, tendrá que esperar hasta la colación de la tarde. Que no podrá tomar un dulce a la hora de estar formados en la caja del supermercado cuando una hora antes se rehusó a comerse su comida.
“Las comidas no deben durar más de 20 a 30 minutos. Sé firme, no cedas. Después de ese tiempo, dile al niño a qué hora será la siguiente comida o colación”, dice Carlett Ramírez.
Mientras más regular sea este horario, mejor
También es importante asegurarte que en cada comida y colación haya alimentos saludables y completos. No confundas las colaciones con el hábito de comer postre 2 veces al día. “De vez en cuando puede estar bien galletas con leche, pero por lo regular debe ser algo sano, como fruta, queso y yogur”, nos dice. “La colación tiene que ser parte de la nutrición global”.
Sitios de interés
- Abbott mama http://abbottmama.com.mx/
Referencias
- Pediatrics
- Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics