Las aceituas son una excelente fuente de ácido oleico, además de vitaminas y minerales que contribuyen a mantener una buena salud del corazón.
Las aceitunas son alimentos ricos en ácido oleico, un ácido graso de cadena larga con demostrada capacidad contra el riesgo cardiovascular, pues ayuda a prevenir la formación de ateroma, capa de grasa y colesterol que se adhiere a las paredes arteriales interiores, y a las dislipidemias o alteraciones metabólicas de los lípidos o grasas sanguíneas.
Pero las aceitunas son mucho más que buenas fuentes de ácidos grasos cardioprotectores. Se trata de alimentos de moderado aporte energético, que brindan tan sólo 37Kcal por porción de siete piezas, que es la recomendada para el consumo habitual, pero de gran valor nutrimental. Las aceitunas contienen fibra y vitamina A, un muy poderoso agente antioxidante que ayuda a mejorar la respuesta inmune y a prevenir enfermedades infecciosas mientras protege nuestra piel, ojos y membranas protectoras.
Lo interesante es que las aceitunas, tanto verdes como negras y en todas sus deliciosas presentaciones, también son una buena fuente de minerales esenciales, de los que contienen cuatro: calcio, fósforo, magnesio y yodo.
Las aceitunas, en primer lugar contienen calcio, el mineral que es famoso por su capacidad de fabricar huesos y dientes y brindarles fortaleza, sosteniendo el crecimiento y ayudando a prevenir fracturas y debilidad. El calcio, sin embargo, cumple otras muchas funciones en el cuerpo. Por ejemplo, es un agente importante en la regulación de la contracción muscular y por eso es importante durante el ejercicio y el deporte, para evitar calambres contracturas; en la promoción del descanso físico y como regulador de los latidos del corazón.
Las aceitunas también contienen fósforo, otro mineral importante en la fabricación y mantenimiento de huesos y dientes y que ayuda a absorber y aprovechar correctamente el calcio. El fósforo también es importante durante el periodo de lactancia porque es esencial para la secreción normal de la leche mantera. Además ayuda a la división y reproducción celular, a la fabricación de músculos y en el metabolismo. De allí que sea especialmente importante durante el crecimiento y para los deportistas, pues ayuda en la construcción y el mantenimiento de músculos y huesos.
Las aceitunas aportan también magnesio, otro mineral esencial. Este metal es importante para la formación de glóbulos rojos y el metabolismo. Así, ayuda a la correcta distribución de oxígeno a nivel de los tejidos. Es también un mineral importante en la fabricación y el funcionamiento de los músculos y como regulador de su función. También ayuda a la transmisión de impulsos eléctricos en los nervios. De nuevo, este mineral es importante para todos, pero sobre todo durante le crecimiento y para quienes realizan ejercicio o hacen deportes pues interviene en el funcionamiento del sistema muscular y nervioso que regula el movimiento y la sensación.
Finalmente, las aceitunas son también fuentes de yodo. Este mineral, que antes de la legislación que obliga a yodatar la sal era muy escaso en nuestra población y causaba problemas graves de bocio y cretinismo, es importante pues ayuda a regular la tiroides, la pequeña glándula reguladora que se encuentra en la parte interior del cuello y determina la velocidad de nuestro metabolismo, o sea la velocidad a la que opera nuestro cuerpo.
Estos cuatro minerales, además de vitamina A, fibra y cantidades apreciables de ácido oleico, un cardioprotector por excelencia, nos ofrecen la aceitunas con un aporte de tan sólo 37Kcal por porción y un gran valor de saciedad. Así, se convierten en opciones interesantes de ingredientes tanto para las comidas principales como para los refrigerios y las botanas. Combinadas con verduras o frutas, con lácteos descremados o cárnicos magros, son ingredientes deliciosos, fáciles de preparar y versátiles que le dan realce a nuestros platillos y nos ayudan a vivir con más bienestar y salud.