“Actualmente, no podemos negar que contar con alimentos procesados es fundamental porque gracias a ello se ha logrado atender la necesidad alimentaria de millones de personas en el mundo y reducir el desperdicio de alimentos”.
Así lo expone la doctora Ruth Pedroza Islas, coordinadora del Grupo Académico Hablemos Claro (www.hablemosclaro.org) en el artículo: “Los alimentos procesados y su contribución a una buena dieta”.
En el texto, la especialista plantea la creencia de que los alimentos procesados son dañinos para la salud; sin embargo, aclara que el procesamiento de alimentos no es algo nuevo, ya que ha estado presente a lo largo de la humanidad desde la elaboración del pan en el año 8000 a.C., época donde también se utilizó la fermentación, el secado y la conservación con sal, recuerda Pedroza Islas.
Alimentos procesados desde tiempos remotos
La humanidad- dice- ha tenido contacto con los alimentos procesados desde tiempos remotos y hoy en día –con los avances científicos– estas técnicas han evolucionado con el objetivo de asegurar un suministro de alimentos suficiente y seguro para la creciente población mundial y el estilo de vida que llevamos en las ciudades”, menciona la también Doctora en Ciencias Químicas por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Y añade que “debido a la organización actual de las ciudades, la migración de las poblaciones rurales y la globalización, los sistemas de producción de alimentos deben enfrentar nuevos retos. A pesar de los grandes avances, el hambre sigue siendo un desafío cotidiano para 815 millones de personas en el mundo, el equivalente al 11 por ciento de la población mundial, por lo que se requiere de alimentos más baratos, nutritivos y de fácil conservación y traslado”, asegura.
En cuanto a los nutrimentos y beneficios de los alimentos procesados en la dieta, la doctora Pedroza explica que actualmente hay alimentos enriquecidos o fortificados con vitaminas y minerales que evitan que los consumidores tengan deficiencias nutrimentales.
“Las frutas procesadas –es decir aquellas que se encuentran congeladas, enlatadas o deshidratadas en el supermercado– aportan fibra y vitaminas, no hay por qué tener miedo en consumirlas, con la ventaja de que están disponibles para el consumidor durante todo el año”, refiere.
Etiquetado del producto
Otra de las ventajas –agrega– es el etiquetado del producto que nos permite conocer los aportes nutrimentales que contiene y con base en ello establecer combinaciones para equilibrar la dieta. Sin embargo, apunta que la educación alimentaria en nuestro país aún es escasa y esa herramienta útil no se comprende del todo y, por lo tanto, no se utiliza debidamente. “Recordemos que no hay alimentos buenos o malos sino dietas correctas e incorrectas”, asevera.
Alimentos para necesidades especiales
Sobre los alimentos procesados en la salud y bienestar del consumidor destaca que “por ejemplo en el caso de personas que requieren un régimen de alimentación especial, como las personas celiacas, las intolerantes a la lactosa y los pacientes con diabetes pueden tener acceso a alimentos específicamente adaptados a sus necesidades, lo que les permite un mejor control en su estado de salud”.
Describe que también existen alimentos procesados reducidos en calorías y en sodio, ricos en fibra, así como alimentos enriquecidos con nutrimentos en beneficio de la salud gastrointestinal por citar algunos.
Para concluir, la profesora e investigadora de Ingeniería de Alimentos de la Universidad Iberoamericana hace un llamado a la población a educarse en temas alimenticios y hacer caso omiso de información que no esté respaldada por la ciencia.
“Es importante acudir con un especialista que nos ayude a diseñar un plan alimenticio acorde a nuestras necesidades nutricionales y, sobre todo no temerles a los alimentos procesados”, concluye la experta.