La diputada María Isabel Alfaro Morales planteó que autoridades federales atiendan los riesgos a la salud por consumo de leche en polvo importada, fórmulas lácteas que poseen azúcar, provocando picos de glucosa en el metabolismo de niñas y niños, alteración en el páncreas, mayor insulina y el riesgo de generar obesidad y sobrepeso.
En un punto de acuerdo, presentado en la Comisión Permanente, pidió a la Secretaría de Economía informar sobre las políticas para reducir dicha importación y las acciones de apoyo que aseguren la adecuada distribución y comercialización de la leche producida en México, por tratarse de un producto de consumo básico para la población.A la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural le solicitó diseñar una política general que incentive a los productores de leche, a fin de disminuir la compra del lácteo en polvo, para contribuir a la seguridad alimentaria del país, garantizando el abasto.
Asimismo, que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios efectúe periódicamente evaluaciones al alimento importado, a efecto de descartar riesgos a la salud humana por su consumo.
Destacó que en los últimos años México se ha convertido en el principal importador en el ámbito mundial de este producto. De 2008 a 2018, el volumen de compra registró un incremento mayor al 100%.
Tan sólo el año pasado ascendió a 362,780 toneladas, de acuerdo con la Cámara Nacional de Industriales de la Leche.
Alfaro Morales afirmó que las autoridades federales no han atendido los riesgos a la salud por el consumo de leche en polvo importada, pese a que desde 2016, organizaciones de la sociedad civil enfocadas en el cuidado de la salud, solicitaron se verifique el contenido de estas fórmulas lácteas que poseen azúcar.
Refirió que la producción de leche nacional crece en promedio entre 1.3 y 1.5%, mientras que el consumo total lo hace de 2 y 2.5%, lo cual lleva a buscar un sustituto como la leche en polvo para atender la demanda de la industria de transformación, que utiliza ese lácteo como materia prima para producir otros alimentos.
La Cámara Nacional de Industriales de la Leche estima que el 70% del producto importado, es utilizado en la industria procesadora de lácteos y el resto -30%- en las empresas panificadora, chocolatera y otros sectores alimentarios, lo cual afecta gravemente a productores nacionales de leche[.]