Las dislipidemias son un conjunto de afecciones que tienen en común la concentración normal de grasa (lípidos) en la sangre, por ello es que en varias ocasiones pasan desapercibidas en quienes las padecen. Éstas se clasifican por hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia y dislipemia mixta, y son factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, las cuales están dentro de las cuatro primeras causas de mortalidad en México, por lo que es importante atenderlas.
De acuerdo con la Doctora Noemí Santos, Directora Médica de Landsteiner Scientific, un adulto con obesidad tiene hasta cuatro veces más probabilidad de ser diagnosticado con dislipidemias, esto en comparación con aquellos que se encuentran en un peso saludable [1].En México, mediciones registradas en los últimos 30 años, muestran una fuerte tendencia en el aumento de sobrepeso y obesidad [2], así como de las dislipidemias [3]. “Datos de la Encuesta Nacional de Salud (ENSA) 2000, indican que la obesidad se asoció de forma importante con la hipertrigliceridemia, seguida de la hipercolesterolemia. La probabilidad de tener colesterol dañino (LDL) alto, colesterol saludable (HDL) bajo, triglicéridos elevados o cualquier combinación posible de estas condiciones, resultó cuatro veces mayor en adultos con obesidad que aquellos con peso normal [1]. Por ello es que a mayor incidencia de obesidad y sobrepeso, aumentará la prevalencia de dislipidemias entre los mexicanos”, explicó la Dra. Santos.
Desde que fue reconocido como problema de salud por la Encuesta Nacional Sero-epidemiológica (ENSE) de 1988, la hipercolesterolemia se ha notificado cada vez más entre la población, esto se debe al aumento en el porcentaje de grasas como parte de la ingesta total de energía, en combinación con el consumo de bebidas altas en calorías y alimentos ricos en harinas refinadas.
En relación a esto, la Dra. Santos explicó que los cambios en el estilo de vida y alimentación, han influido en el crecimiento de la prevalencia de las dislipidemias, el sobrepeso y la obesidad en México. Por tal motivo es necesario hacer modificaciones en aspectos como la alimentación para revertir tal tendencia.
“Las dislipidemias son alteraciones metabólicas que responden muy bien al tratamiento farmacológico y preventivo, por ello es necesario implementar medidas que eduquen a la población en materia de salud, por ejemplo, difundir la importancia de optar por una dieta más saludable que contemple la reducción de sal, grasas saturadas, alimentos procesados y azúcar refinada, además de aumentar la actividad física cotidiana”, indicó la Directora Médica de Landsteiner Scientific.
Cabe destacar que de no aplicar intervenciones preventivas o de control costo-efectivas sobre la obesidad y sus consecuencias como:
- hipertensión,
- diabetes mellitus tipo 2,
- enfermedades cardiovasculares,
- cáncer de mama o colorrectal, entre otras,
los costos directos podrían ascender a los 101 mil millones de pesos para 2017 (101% más del estimado para el 2008), en tanto que los costos indirectos se podrían incrementar de 25 mil a 73 mil millones de pesos (292% entre 2008 y 2017) [4].
Referencias
- Dr. Simón Barquera, Dr. Ismael Campos. Dislipidemias: epidemiología, evaluación, adherencia y tratamiento, ISBN 978-607-7530-12-1, Pág. 26 http://www.insp.mx/images/stories/Produccion/pdf/110311_cp1.pdf
- Prevalencia de obesidad en adultos mexicanos, ENSANUT 2012, Salud Pública Méx 2013; Vol. 55(sup 2):151-160 http://bvs.insp.mx/rsp/articulos/articulo.php?id=002847
- Prevalencia de dislipidemias en la ciudad de México y su asociación con otros factores de riesgo cardiovascular. Resultados del estudio CARMELA http://www.anmm.org.mx/GMM/2014/n2/GMM_150_2014_2_128-136.pdf
- Obesidad en adultos: los retos de la cuesta abajo (artículo publicado en el apartado “Documentos analíticos” de la ENSANUT 2012) http://ensanut.insp.mx/doctos/analiticos/ObesidadAdultos.pdf