¡Tómate más tiempo para comer!… las evidencia basada en datos apoya la afirmación de que se requieren 20 minutos para que el cerebro reciba el mensaje de que estamos satisfechos. Te presentamos algunas recomendaciones que pueden ayudarnos a tener mejor provecho y reducir la ingesta de alimentos: en consecuencia ayudar en el control de peso.
En el metaanálisis (un estudio de los estudios) «Una revisión sistemática y un metanálisis que examinan el efecto de la tasa de alimentación en la ingesta de energía y el hambre«[1] publicado en el American Journal of Clinical Nutrition en 2014 analizó las diferencias entre el ritmo del consumo de la comida y su influencia en la ingesta de energía y el apetito. Los investigadores analizaron y combinaron las evidencias de 22 estudios. Esta revisión apoya la idea de que la velocidad a la que se come sí afecta la ingesta de energía. Si comes más despacio, tiendes a comer menos, lo que se debe principalmente al hecho de que te sientes saciado antes de haber comido de más.
Otra observación es que mientras más masticas, más lentamente comes. Por ello es importante tratar de contar el número de veces que masticas cada bocado; tratar de que sean entre 15 y 20, lo que te ayudará a comer más despacio.
Hábito de comer y los problemas metabólicos
El hábito de comer con rapidez posee una relación con problemas metabólicos. Esto gira en torno a cuán rápido reacciona el cuerpo a la comida, e incluye problemas de tolerancia a la glucosa y de resistencia a la insulina. Estas conexiones no son ninguna sorpresa, el mantenimiento de tu salud metabólica y mantenerte en un peso saludable van de la mano.
Recomendaciones
El equipo médico de USANA nos comparte 6 recomendaciones para comer más pausadamente, lo cual podría ayudarnos también con nuestra digestión:
1. Mastica con un propósito
Intenta masticar cada bocado al menos 20 veces. Si prefieres medir el tiempo en lugar de contar las veces que masticas, trata de que sean 15 segundos o más.
2. Come bocados más pequeños
Reducir el tamaño de los bocados, en combinación con una masticación con propósito, te ayudará a comer más despacio.
3. Aplica todos tus sentidos
El gusto y el olfato son compañeros. Sentir el sabor y disfrutar los aromas mejora tu experiencia y hace que comas pausadamente. Sin embargo, tómate también el tiempo para disfrutar cómo se ve la comida, presta atención a su textura (cómo se siente), estas pausas también pueden ayudarte a desacelerar el ritmo al que comes.
4. Descansa entre un bocado y otro
Hacer pausas intencionalmente entre cada bocado reduce el ritmo al que consumes tus comidas.
5. Escucha a tu cuerpo
El hambre es algo físico, existen señales cuando necesitamos comida y también cuando ya comimos suficiente. Tómate el tiempo para escuchar lo que tu cuerpo te dice, no desestimes esas señales solo por el hecho de que haya más comida en el plato.
6. Cambia tu mentalidad respecto a la comida
La comida representa muchas cosas, en su nivel más básico es nuestro combustible, pero también es emoción, familia, placer, estimulación intelectual y mucho más. Así que, no trates a la comida solo como la gasolina, concéntrate en cada bocado, saboréalo, habla de él, abraza y disfruta la experiencia completa que es comer.