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Se denomina edulcorante a toda aquella sustancia que posee el poder de proporcionar dulzor. Dentro de los edulcorantes existen dos clasificaciones: nutritivos y no nutritivos. Los nutritivos son todos aquellos que son derivados de productos naturales y además aportan  calorías debido a su metabolización en el organismo. Los no nutritivos también llamados sustitutos de azúcar o edulcorantes artificiales, son aquellos que proporcionan la sensación de dulzor sin proporcionar glucosa o calorías adicionales al organismo. Estos son modificados y compuestos químicamente por lo que no provienen de la naturaleza.

La FDA recomienda principalmente el uso de edulcorantes artificiales debido a su nulo aporte de calorías y a que estos pueden ser utilizados por la mayoría de las personas de forma regular.

Debemos tomar en cuenta además, que hay diferentes tipos de edulcorantes y no todos pueden ser utilizados de la misma forma. Por ejemplo, muchos de estos no son termoestables por lo que no pueden ser utilizados en preparaciones calientes.

Dentro de los edulcorantes termoestables encontramos la sucralosa y la recientemente encontrada, brazeína (endulzante de origen natural, obtenido de una planta africana y 2,500 veces más dulce que la sucralosa), los cuales pueden ser utilizados para cocinar u hornear sin que se descomponga el compuesto  y se pierda el dulzor.

Existen muchos mitos en cuanto al uso de los edulcorantes artificiales o no calóricos debido a que con anterioridad  se mencionó que su uso podía asociarse a enfermedades como el cáncer, llevando  estos a estudios más exhaustivos que demostraron que para que se diera este efecto negativo, se requería de cantidades excesivas difícilmente consumidas por una persona normal. Además dichos estudios fueron realizados en ratas por lo que el mecanismo de acción era diferente, a lo que se concluyó no se tiene el mismo efecto negativo en humanos.

La mayoría de las personas podemos consumir edulcorantes sin efecto nocivo alguno. Sin embargo, existen personas con un trastorno genético llamado fenilcetonuria en el que las personas que consumen fenilalanina   pueden presentar efectos adversos.

Actualmente el uso de los edulcorantes artificiales se ha extendido y no solo es recomendado en las personas que viven con diabetes, sino que se utilizan en gran cantidad de productos que van dirigidos a las personas que quieren disminuir su consumo de azúcares y calorías, debido principalmente a que presentan sobrepeso u obesidad.

Debemos de tomar en cuenta que los edulcorantes artificiales pueden ser utilizados por personas de cualquier edad, sin embargo, muchos especialistas no los recomiendan para niños, pues se ha visto que debido a que estos poseen un dulzor mayor que el del azúcar, los niños que consumen  frecuentemente los edulcorantes, tienden a consumir mayor cantidad de azúcares en la edad adulta. Lo mismo ocurre con los adultos que agregan  gran cantidad de sobres a las bebidas o alimentos,  al grado que cuando consumen algo con azúcar, ya no  les proporciona esa sensación de dulzor y requieren mayor cantidad de azúcares.

Es importante mencionar que en las personas con diabetes ha resultado alentador el consumo de edulcorantes, debido a que las personas que llevan un control adecuado, disminuyen el consumo de carbohidratos y azúcares. Resulta psicológicamente placentero el poder llevar a la boca un alimento dulce que no afecte sus niveles de glucosa en sangre, por lo que en estos pacientes  se ha dado una creciente en el uso de sustitutos de azúcar.