Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 3 segundos
Con la llegada de la temporada de calor, aumenta la práctica de actividades al aire libre y especialmente aquellas relacionadas con el agua, como nadar en playas, ríos o piscinas. Sin embargo, esta exposición puede elevar considerablemente el riesgo de padecer otitis externa, conocida también como «otitis de verano», una infección del conducto auditivo externo que puede afectar seriamente la salud auditiva.
De acuerdo con expertos, esta afección no sólo provoca molestias como dolor intenso, picazón y sensación de oído tapado, sino que, de no tratarse adecuadamente, puede derivar en complicaciones graves, incluida la pérdida parcial o total de la audición. Por ello, la empresa recomienda actuar con rapidez ante los primeros síntomas y evitar la automedicación, ya que el uso incorrecto de gotas u otros remedios caseros podría empeorar la situación.
La otitis de verano suele desarrollarse cuando el agua contaminada queda atrapada en el oído, favoreciendo la proliferación de bacterias y hongos. Según la Secretaría de Salud, se estima que hasta el 10% de la población mundial ha sufrido esta infección en algún momento de su vida. Los niños son especialmente vulnerables debido a que sus trompas de Eustaquio son más cortas y rectas, lo que dificulta el drenaje adecuado del oído medio.

“Las piscinas con altos niveles de productos químicos, como el cloro, alteran el equilibrio natural del conducto auditivo y crean un entorno propicio para el desarrollo de infecciones”, explica la doctora Dulce María García Jacuinde, médico audióloga y especialista de soporte clínico en MED-EL México. «Si no se atienden de manera oportuna, estas infecciones pueden evolucionar y causar pérdida auditiva severa o incluso sordera. En estos casos, es indispensable la valoración de un especialista, quien definirá el tratamiento más adecuado. En situaciones complejas, es posible recurrir a dispositivos auditivos avanzados o implantes cocleares que permiten restaurar la audición”.
Principales síntomas de la otitis de verano:
- Dolor intenso en el oído
- Picazón
- Secreción o supuración
- Sensación de oído tapado
- Disminución de la capacidad auditiva
- Molestias al masticar
- Mareos y dolor de cabeza
¿Quiénes son más propensos a desarrollar otitis externa?
- Niños pequeños: por la anatomía de sus oídos y mayor tiempo de exposición al agua.
- Nadadores frecuentes: debido a la constante humedad en el oído.
- Personas con piel sensible o dermatitis: con mayor predisposición a irritaciones.
- Individuos con defensas bajas: quienes presentan infecciones de manera recurrente.

Una vez diagnosticada la afección, es esencial seguir las indicaciones médicas y no automedicarse. En casos de hipoacusia severa, existen alternativas que permiten recuperar la función auditiva en personas con pérdida auditiva profunda. Se trata del único sentido que actualmente puede restaurarse gracias a la tecnología médica.
¿Cómo prevenir la otitis de verano?
- Evita sumergir la cabeza en aguas de dudosa limpieza.
- Seca bien los oídos después de nadar o ducharte.
- Utiliza tapones auditivos diseñados para actividades acuáticas.
- No introduzcas objetos en los oídos, incluidos hisopos.
- Consulta con un especialista ante cualquier molestia.
El verano es una invitación a disfrutar del agua y la naturaleza, pero también una temporada en la que debemos cuidar especialmente nuestra salud auditiva. Detectar a tiempo los síntomas de la otitis externa puede marcar la diferencia entre una recuperación sencilla y un problema de audición permanente que afecte la calidad de vida.