Los huertos urbanos son un fenómeno que se han convertido en tendencia mundial, en virtud de la consciencia ecológica que se ha impulsado en las últimas dos décadas.
La creación de huerto urbano, familiar o casero no es un fenómeno nuevo: sus orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo XIX y registraron un crecimiento notable durante la Primera y Segunda Guerra Mundial.
Muchas son las razones que podrían enumerarse para iniciar con la creación de un huerto casero y van desde establecer contacto con la naturaleza, cultivar nuestros propios alimentos, reducir consecuentemente gastos y establecer la práctica de una actividad relajante, etc.
Aunque parecería que la instalación de un huerto en casa requiere de por lo menos un jardín de dimensiones medianas, esto no necesariamente es así: una terraza o un patio pequeño también puede servir para tal efecto.
Huerto de suelo
Es el más tradicional y, como su nombre lo indica, se instala en el suelo del jardín, la terraza o hasta un ático o habitación bien iluminada. Dada sus características suelen ser grandes contenedores de madera que albergan hortalizas.
Huerto urbano vertical
En lo referente a los espacios exteriores pequeños la mejor opción es un huerto urbano vertical. Estos suelen instalarse en las paredes en cajones modulares de distintos materiales, y por sus características son muy funcionales para el cultivo de frutos de poco volumen como las fresas o cualquier otro tipo de bayas, así como hierbas aromáticas.
Mesa de cultivo
Finalmente, se tiene la alternativa de una mesa de cultivo, que no es otra cosa más que un cajón con suficiente profundidad para albergar tanto a los cultivos como a la tierra que los contiene.
Laura Jiménez, experta del área de plantas comparte algunos consejos para cultivar tus propios vegetales y frutos:
· Elige el lugar donde instalarás tu huerto: ya sea en jardín, terraza, patio o cocina, es importante verificar que sea un espacio bien iluminado y ventilado para poder albergar un huerto urbano.
En este último caso, sería importante que la luz penetre de seis a ocho horas al día para llevar a cabo de manera efectiva el proceso de fotosíntesis.
· ¿Qué vas a cultivar? Los cultivos que desarrolles en tu huerto casero dependerán mayormente de las necesidades de alimentación de cada persona y también del espacio que se disponga. Lechugas, jitomates, cebollas, zanahorias, espinacas son vegetales fáciles de cultivar, pero requieren un gran espacio para ello.
Las hierbas aromáticas y las bayas, por el contrario, necesitan de un espacio mínimo. En cualquier caso, se puede optar por plantas maduras (también llamadas bebé) o semillas. La diferencia entre uno y otro proceso es que las semillas tardan de 10 a 20 días en germinar.
· ¡Manos a la obra! Una vez elegido el espacio, el tipo de huerto y los vegetales que vas a cultivar, es necesario hacerse de un kit de herramientas de jardinería.
Las esenciales son un par de guantes, cuchara, cultivador, pistola de riego, trasplantador y, por supuesto, los semilleros, además de la madera con la que se construirán los contenedores.
· Cuidado del huerto: El paso principal es el riego del huerto y esto debe hacerse todos los días, principalmente en los momentos previos al amanecer o al atardecer. Fertilizar y abonar la tierra también es un proceso importante y esto hay que hacerlo cada tres o cuatro semanas.
Una vez que los vegetales y hierbas han alcanzado su madurez, es importante cosechar de inmediato, es decir, retirarlos del huerto para su consumo y dejar espacio para futuros cultivos.
Con información de The Home Depot.