Si vives con diabetes, probablemente, algunos de tus propósitos de año nuevo serán no bajar la guardia en tu tratamiento médico acompañado de un estilo de vida saludable. Con acciones positivas podrás lograr el control de tu condición o prevenir complicaciones derivadas de un control inadecuado.
Para prevenir dichas complicaciones, es necesario mantener un estilo de vida saludable con una alimentación correcta, realizar ejercicio diariamente, mantener un adecuado apego al tratamiento y controlar tu glucosa en sangre.
Por ello, la Federación Mexicana de Diabetes, A. C. (FMD) nos recuerda la importancia de lograr hábitos saludables para evitar el desarrollo de complicaciones. Algunas de las más frecuentes son:
Complicaciones del corazón y enfermedades cardiovasculares (ECV). Algunos de los factores de riesgo para problemas cardiovasculares son dislipidemias como colesterol elevado, hipertensión arterial, tabaquismo, historia familiar de enfermedad coronaria, albuminuria y falta de un adecuado control de la diabetes.
Daño a los riñones (Nefropatía). Los niveles elevados de glucosa en sangre por largo tiempo pueden dañar los riñones y afectar la filtración con lo cual las sustancias de desecho y líquidos se pueden acumular en el cuerpo. A esto se le denomina insuficiencia renal, en la cual existen diferentes etapas que se clasifican por la capacidad de filtración del riñón. 2 Por ello se recomienda realizar un examen general de orina una vez al año para detectar cambios y retrasar el daño renal o evitarlo.
Daño a los ojos (Retinopatía). Los problemas más comunes del daño a los ojos son retinopatía diabética, cataratas y glaucoma, de estas tres la retinopatía diabética es más frecuente en personas con diabetes sin control.
Tipos de retinopatía
- La retinopatía no proliferativa causa daño a los pequeños vasos sanguíneos dentro la retina ocasionando que salgan líquido y grasas hacia el interior del ojo, ocasionando visión borrosa, distorsionada, reducida y oscurecida.
- La retinopatía proliferativa ocurre cuando los vasos sanguíneos se dañan y se cierran dando paso a la formación de nuevos vasos sanguíneos muy pequeños en la retina, que al romperse pueden sangrar y ocasionar hemorragias provocando visión borrosa, manchas oscuras flotantes o incluso perdida de la visión.
Pie diabético. En la diabetes sin control los niveles de glucosa en la sangre son demasiados altos y con el tiempo pueden dañar los vasos sanguíneos y nervios afectando la sensibilidad en los pies. Es posible que haya una lesión y no se sienta, misma que de no ser atendida puede provocar ulceración e infección de la lesión que junto a una disminución de la cicatrización y mala circulación puede derivar en amputación del pie.
Todo esto se puede evitar cuidando los niveles de glucosa en sangre, revisando diariamente los pies para estar alertas ante el cambio de coloración, temperatura y presencia de alguna lesión, manteniendo una adecuada higiene y solicitar una revisión por tu especialista.
Sobrepeso y obesidad. Tener sobrepeso u obesidad puede complicar el control de la diabetes, ya que se asocian con mayor resistencia a la insulina y, por lo tanto, glucosa elevada en sangre, por lo cual se recomienda realizar ejercicio y mantener una alimentación correcta para la reducción de peso. También se asocian con dislipidemias e hipertensión que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Es así que llevar a cabo algunas estrategias en tu vida diaria te ayudará a mantener la diabetes en control. La FMD nos anota las más importantes:
Seguir el tratamiento médico. Es necesario asistir con un profesional de la salud para realizar un diagnóstico oportuno, así como recibir un tratamiento personalizado, además de tener cumplir con el tratamiento farmacológico tomando los medicamentos en dosis y horarios indicados para mantener bajo control los niveles de glucosa.
Medir constantemente los niveles de glucosa. Conocer tus niveles de glucosa te ayudará a observar el resultado del ejercicio, alimentación y tratamiento farmacológico sobre los niveles de glucosa en sangre, con ello podrás evitar hiperglucemias, hipoglucemias y realizar cambios en el tratamiento para un adecuado control de tu diabetes. La atención deberá incluir el control de la presión arterial por medio de tratamiento farmacológico y pérdida de peso si se presenta sobrepeso u obesidad.
Comer saludablemente. Además de controlar el consumo de carbohidratos, evitar el azúcar y los alimentos ultra procesados, una alimentación saludable deberá contemplar el tamaño de las porciones, el número de comidas al día, los horarios y la ingesta calórica a partir de grasas. Es necesario fomentar el consumo de verduras, fruta, cereales integrales y fibra.
Mantenerse activo. Camina por lo menos 150 minutos a la semana, es decir, 30 minutos continuos 5 días a la semana. Existen varias formas de ejercitarse, ya sea al aire libre o en espacios cerrados, puedes subir escaleras en lugar de usar el elevador, utilizar más tu bicicleta para ir a distancias considerables, o pasear a tu mascota, entre otras acciones, para estar activo.