Celulitis
Ocho de cada diez mujeres presentan Lipodistrofia Periférica Fisiológica Benigna (LPFB), mejor conocida como celulitis o “piel de naranja”, indica la doctora Graciela Guzmán Perera, integrante de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD).
Este trastorno, erróneamente llamado celulitis, se produce por un efecto de almacenamiento de grasa en el tejido celular subcutáneo, causando la formación de fibrosis e impidiendo el paso de los líquidos de un lado a otro, por lo que se quedan acumulados en los lóbulos, señala.
No es una enfermedad
Normalmente esta acumulación de grasa se forma en las piernas, pantorrillas, muslos, nalgas, abdomen y a veces en brazos. Pueden ser grandes y observarse como masas de grasa, otras pueden ser pequeñas y visibles solamente al presionar la piel, dando la apariencia de una piel parecida a la cáscara de una naranja.
La Lipodistrofia Periférica es una condición fisiológica, hereditaria y relacionada con los estrógenos. Es decir, forma parte de los caracteres sexuales secundarios y obviamente empeorará con factores que aumenten la acumulación del tejido celular subcutáneo como el consumo de grasas y carbohidratos, falta de ejercicio o beber poca agua, entre otros.
No se considera una enfermedad, ya que su presencia depende de la actividad de los estrógenos y está determinada genéticamente; no obstante, los conceptos de belleza actuales lo han convertido en un problema cosmético.
Factores que la favorecen
Hay varios factores que pueden favorecer la aparición de la celulitis o, incluso, agravarla:
Genética
Existe una predisposición genética a la celulitis, sin embargo, no ha sido completamente investigada.
Las hormonas
Los estrógenos, hormonas femeninas por excelencia, estimulan la producción de la lipoproteína lipasa femoral. Esta enzima está implicada en la producción de la grasa localizada en los muslos y los glúteos. El exceso de los niveles de estrógenos durante la pubertad, embarazo y premenopausia puede influir.
La alimentación
Una alimentación con demasiados azúcares o grasas favorece la acumulación de éstas a nivel de los adipocitos.
El sedentarismo
La falta de actividad física ocasiona una disminución de los gastos energéticos, degradación muscular y favorece la implantación de la celulitis.
Los medicamentos
Los corticoides por vía oral, los neurolépticos, la progesterona y ciertos medicamentos utilizados en la menopausia pueden provocar un aumento de peso y acentuar el fenómeno de la celulitis.
Aspectos psicológicos
Ansiedad, angustia, depresión y estrés pueden favorecer en algunas mujeres la puesta en reserva de grasas.
La circulación sanguínea
Una deficiente circulación sanguínea ocasiona un mal drenaje de los desechos y toxinas y, por lo tanto, hacer propicia la celulitis.
Qué la agrava
Está reconocido que el abuso de excitantes como el café, tabaco o alcohol, asociado a hábitos inadecuados como la falta de sueño o comidas irregulares agravan la celulitis.
Contrólala
Si mantenemos un peso adecuado, hacemos suficiente ejercicio y recibimos masaje periódicamente, los efectos visibles del problema serán mínimos, afirma la especialista.
Sí podemos controlarla mediante técnicas que el dermatólogo puede recomendarte. Y sobre todo no recurras a remedios “milagrosos” que prometen eliminar la celulitis de un día a otro.
¿Qué hacer?
No es fácil lidiar con la celulitis, pero es importante que no descartes los siguientes consejos:
-Practica una actividad física regular que active la combustión de las grasas, favorezca el desarrollo de la masa muscular y estimule la circulación sanguínea de las extremidades inferiores.
-Tu alimentación debe ser equilibrada y variada, rica en minerales y vitaminas.
– Establece un horario fijo para comer. No te saltes comidas.
-Procura beber agua durante el día.
-Acude a un dermatólogo para que te haga un diagnostico personalizado.
Con la asesoría de la Fundación Mexicana para la Dermatología e Investigaciones Elancyl de Pierre Fabre.
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