Hasta hace poco tiempo muchos condones venían reforzados con un espermicida llamado nonoxinol-9, que es la misma sustancia con la que se fabrican algunas jaleas y óvulos espermicidas. Con ello, en caso de que el condón se llegara a romper o deslizar, el químico frenaba los espermatozoides haciendo más difícil que se produjera un embarazo. El nonoxinol aún sigue siendo una ayuda efectiva para la prevención de embarazos, sin embargo, se ha notado que con el uso constante puede irritar la pared de la vagina y con ello la entrada de microorganismos. Por esa razón desde mediados del 2002 la Organización Mundial de la Salud pidió que se dejaran de comercializar los preservativos con esta sustancia, no obstante es muy probable que todavía se puedan encontrar en diversos puntos de venta, por lo que seria conveniente que al comprar preservativos te asegures de que no contengan dicho espermicida.