Las dificultades para combatir la obesidad radican en que está asociada con padecimientos emocionales como la depresión, ansiedad y baja autoestima, afirma la maestra en Psicología, Martha Cavazos Milanés, del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaria de Salud.
“En un estudio en la Universidad del Valle de México, la maestra en Educación, Marcela Barrios-Gómez, comparó la autoestima de niños con peso normal, con la de niños obesos y es impresionante como la autoestima de los obesos está por los suelos”, dice a su vez Armando Dávalos Ibañez, endocrinólogo pediatra.
Sin embargo, reconocen, muchas veces no basta la terapia psicosocial ni intervenciones dietéticas ni la actividad física para bajar de peso.
De 10 años a la fecha han surgido medicamentos seguros que bajo la supervisión de un médico especialista y con terapias que incluyan los puntos del párrafo anterior, es posible bajar de peso.
El National Task Force on the Prevention and Treatment of Obesity (NAASO) de Estados Unidos recomienda que la farmacoterapia debe ser siempre adjunta a la modificación del estilo de vida y no en la ausencia de estas modalidades, indica por su parte el Dr. Rafael Violante, endocrinólogo del IMSS en Tampico.
“Debe aplicarse sólo en pacientes con índice de masa corporal (IMC) mayor de 30.0 o en aquellos con IMC menor a 25.0 pero que tengan alguna co-morbilidad que acompañe a la obesidad, de acuerdo a las guías de la NAASO”.
Algunos medicamentos para tratar la obesidad se han aprobado para uso de corto tiempo y en tanto el paciente adquiere habilidades para continuar perdiendo peso hasta alcanzar un peso ideal y mantenerlo por tiempo indefinido.
“Esto es porque la mayoría de estos medicamentos provocan efectos secundarios, como ansiedad, adicción, nerviosismo, insomnio y taquicardia, al afectar la producción de dopamina y que repercute en problemas emocionales”.
Otros de plano son más graves e incluso mortales, como las anfetaminas u otros productos “milagro”, de ahí que nunca se deben ingerir sin la supervisión de un médico especialista.
En adultos, la sibutramina (Ifa Certez), por ejemplo, es un medicamento que inhibe dos hormonas: la norodrenalina y serotonina, al reducir la ingesta alimenticia por efecto de saciedad, sin afectar la producción de dopamina.
En adolescentes que padecieron un infierno durante la niñez por sufrir de obesidad, orlistat (Xenical), “que actúa sólo en el intestino bloqueando la lipasa pancreática, al desechar el 30% de lo que se come como efecto del medicamento”, afirma el Dr. Dávalos.
Este medicamento en Europa y Estados Unidos está aprobado desde hace 12 años bajo prescripción médica para adolescentes a partir de los 12 años, pero en México sólo se puede utilizar a partir de los 16 años.
“Un adolescente quiere triunfar en la vida, pero si es obeso desde la niñez cree que no lo va a lograr, porque siempre sufrió críticas muy crueles por su complexión que afectaron su autoestima, por eso es importante este medicamento que no le provocará problemas glandulares para su crecimiento y desarrollo”.
Estos medicamentos favorecen al paciente que ve resultados mientras cambia sus hábitos alimenticios y deja el sedentarismo, esto le induce a continuar con una alimentación sana, mantener de por vida el ejercicio y mejorar su estado emocional, coincidieron los especialistas entrevistados.