NIÑOS. CÓMO ENSEÑARLES A COMER DE TODO

Para algunos padres la hora de la comida puede ser un momento de mucha angustia, enojo y tensión, ante la conducta del niño frente a los alimentos. Hay que estar conscientes de que no todos los niños son iguales, algunos comen de todo, y a otros se les dificulta más, ya que no les son atractivos ciertos alimentos. En este caso también cada niño es distinto y no significa necesariamente que está mal o tiene alguna enfermedad. La textura, el olor, el sabor o la apariencia de la comida son motivos para que eludan diferentes alimentos. Está claro que, probablemente, que no les va a gustar absolutamente todo, pero no por ello pueden dejar de comer de forma sana y balanceada.

Puede ser frustrante que un niño no coma, ya que conlleva muchas preocupaciones ligadas a su nutrición. Esto crea sentimientos de angustia en los padres, ya que temen no ser lo suficientemente buenos al no poder alimentar “correctamente” a sus hijos. Cada caso es distinto, sin embargo, hay ciertas cosas que se pueden hacer para lograr que paulatinamente coma más o, por lo menos, coma una serie de alimentos lo suficientemente variados para estar bien nutrido, sano y feliz.

Para empezar cabe mencionar que a la hora de la comida deben establecerse buenos hábitos, como permanecer sentado y no pararse entre bocados, usar los cubiertos, no permitir que juegue en la mesa, apagar la televisión, evitar distracciones y dedicar este tiempo a la convivencia familiar.

Cuando un niño no quiere ingerir ciertos alimentos se debe averiguar cuáles son las razones del rechazo; puede ser que su cuerpo rechace ese alimento por la edad, que sea algo pasajero, que, por terquedad, no quiera comer algo en un momento determinado, para llamar la atención o porque, realmente, le resulta desagradable algún alimento en particular.

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Se puede hacer mucho para ayudarlo en este tipo de situaciones. Es importante no obligarlo o forzarlo a comer lo que no le gusta, ya que esto aumentará la aversión que siente y creará un ambiente negativo alrededor de la comida. Lo que se puede hacer es implementar una “regla” que consista en “probar mínimo un bocado de cada alimento”, con el fin de que pueda decidir con fundamentos si le gusta o no lo que probó, y darse cuenta también de que ciertos alimentos no son tan malos. Esto puede requerir de mucha paciencia por parte de los padres y es importante poner límites con cariño. Nunca se debe utilizar la comida como recompensa o castigo para moldear el comportamiento; la disciplina y la educación deben ser independientes a la comida.

Los padres son un modelo a seguir para los niños; si ellos observan actitudes negativas de los padres hacia los alimentos, probablemente actuarán de la misma forma y evitarán probar cosas nuevas. La variedad de alimentos en casa puede ayudar a crear la costumbre de probar platillos diferentes (y no aferrarse a un platillo y cerrarse ante un cambio). Asimismo, se puede presentar la comida de forma atractiva y diferente (sólo se necesita un poco de imaginación), sustituir una comida por otra que aporte los mismos nutrientes; es importante mostrarles que lo nutritivo también es rico. Se debe recordar que los niños no comen igual que los adultos, ni las mismas cantidades, por lo cual es importante estar al pendiente de en qué momento dicen estar satisfechos. Se trata de lograr que ellos mismos se vayan autorregulando para evitar que en un futuro coman en exceso o no coman suficiente.

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Es importante recordar que lo fundamental es que el niño esté bien nutrido. Su alimentación debe ser completa, sana, balanceada, suficiente, variada e incluir alimentos de los 5 grupos alimenticios.

Cada uno es distinto y va a tener hábitos y gustos alimenticios diferentes. Es primordial estar al pendiente de los hijos y de su nutrición. Si tu hijo presenta conflictos graves en esta área, si es exagerado el no querer comer nada y esto impide que se encuentre bien nutrido, provocando que todo ello ejerza influencia en otras áreas de su vida (disminución de la energía y rendimiento, cambios emocionales, a causa de que usan la comida como lenguaje alternativo para proyectar sus conflictos y expresar lo que sienten) es básico buscar ayuda profesional para encontrarle solución a este problema y evitar otros trastornos alimenticios graves en un futuro.




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