El impacto que la última menstruación causa en nuestras vidas es, en verdad, de incertidumbre y tristeza. Por lo menos así lo vivimos la mayoría de las mujeres. Y es que “la última regla” no es sólo la ausencia del periodo menstrual, sino el momento en que dejamos de ser fértiles y, por lo consiguiente, termina nuestra etapa reproductiva.
Esto se debe a que después de los 45 años empieza a disminuir la cantidad de hormonas conocidas como estrógenos, mismas que desarrollan diversas funciones en el organismo de la mujer.
Es en este periodo que coinciden también varios sucesos en la vida de las mujeres, como la partida de los hijos, que puede ser un suceso que desaliente y disminuya las ganas de seguir activas y vivir en plenitud. Esta etapa conocida como el Síndrome del Nido Vacío, coincide con el momento en que los estrógenos empiezan a disminuir en nuestro organismo, iniciando una serie de síntomas que pueden afectar nuestra calidad de vida, si no hacemos algo al respecto.
Síntomas depresivos de leves a moderados, urgencia o incontinencia urinaria, infecciones recurrentes, resequedad vaginal, bochornos, dolor en las relaciones sexuales, disminución del placer coital o enfermedades como osteoporosis y padecimientos cardiacos, entre otros, son algunas de las alteraciones que mujeres en edad madura, pueden experimentar.
El empleo de los fármacos reguladores de los receptores estrogénicos (SERM, por sus siglas en inglés), puede ayudar a equilibrar las funciones del organismo, mismas que se han perdido por la disminución de estrógenos. Un tratamiento a base de Tibolona combinada con Calcio y Vitamina D3, mejoran la calidad de vida y la sexualidad de forma significativa; tienen un efecto similar a los estrógenos sobre los bochornos y otros trastornos propios del climaterio, así como en la vagina y los huesos. Además, ayudan a equilibrar los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.
La eficacia de la terapia estrogénica en la prevención de la pérdida ósea está confirmada e, incluso, ayuda a prevenir la pérdida de hueso durante los primeros años de la posmenopausia. Para mujeres con osteoporosis diagnosticada puede, inclusive, aumentar la masa ósea sin efectos estimulantes sobre endometrio o mama, disminuyendo el riesgo de fracturas.
Tener una actitud positiva, un proyecto de vida personal, así como el apoyo de tu familia y tu médico de cabecera, pueden ser la clave para que esta etapa sea tan placentera como todas las demás.