Los pacientes con psoriasis tiene un gran impacto negativo en su calidad de vida pues, en su mayoría, manifiestan vergüenza, falta de autoestima y elevados niveles de ansiedad, y por ello existe una correlación directa con el incremento de la prevalencia en depresión y, en comparación con otro tipo de pacientes, éstos tienen mayores índices de suicidios pues esta enfermedad no sólo causa síntomas dolorosos, debilitantes y altamente visibles, sino que también se asocia con una multitud de deterioros psicológicos. Por ello, uno de los principales retos de esta enfermedad es que el paciente sea diagnosticado de manera oportuna por un especialista y que tenga acceso a una terapia que coadyuve en detener el progreso de la enfermedad y mejore su calidad de vida, pues debido a los síntomas del padecimiento, en muchas ocasiones los pacientes son víctimas de rechazo, estigma y discriminación social.
La discriminación contra los pacientes con psoriasis afecta su capacidad para acceder a una adecuada atención médica. Existe la falsa creencia de que la enfermedad es contagiosa y tiene como consecuencia exclusión del trabajo.La Dra. María De los Ángeles Vargas, Coordinadora del Servicio de Psiquiatría de Enlace del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición y el médico en Jefe de la consulta externa del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, aseveró que “es importante que el paciente reciba un diagnóstico oportuno y tenga acceso a un tratamiento adecuado que aminore o disminuya los síntomas visibles, los cuales son la principal causa de depresión y ansiedad estigma y discriminación por parte de la sociedad”.
La psoriasis es una enfermedad crónica, no transmisible, dolorosa, que desfigura e incapacita, para la cual no hay cura y con gran impacto negativo en la calidad de vida (por sus las siglas en ingles QoL, Quality of Life) de los pacientes. Puede presentarse a cualquier edad y es más común que se manifieste entre los 50-69 años de edad. La prevalencia de este padecimiento, reportada en diversos países, varía entre 0.09% y 11.4%, haciendo de la psoriasis un problema de salud a nivel mundial, muy serio, tanto que la Organización Mundial de la Salud recientemente publicó un reporte mundial sobre la enfermedad, en el cual destaca que muchas personas en el mundo sufren innecesariamente de psoriasis debido a un diagnóstico incorrecto o retrasado, opciones inadecuadas de tratamiento y falta de acceso a la atención, y debido al estigma social.
Por su parte, la Dra. Lorena Estrada, médico adscrito al Servicio de Dermatología del Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos“, comentó que “la psoriasis es una enfermedad autoinmune que involucra a la piel y a las uñas, y está asociada con varias comorbilidades. El paciente padece picazón y dolor en sus lesiones, y algunos de ellos desarrollarán artritis psoriásica, teniendo como consecuencia deformación en las articulaciones y discapacidad para el paciente”.
En México, la psoriasis representa el 2% de la consulta dermatológica, con una incidencia aproximada de 2.5 millones de personas afectadas, de las cuales 25-30% tiene cuadro clínico de moderado a severo y, de acuerdo con numerosos estudios, hay una coexistencia de psoriasis y otras enfermedades sistémicas serias como:
- Enfermedades cardiovasculares
- Síndrome metabólico incluyendo hipertensión, dislipidemia y diabetes mellitus, y enfermedad de Crohn.
El Estudio de Carga Global de la Enfermedad el cual busca medir la extensión de la discapacidad o pérdida de salud debido a diferentes enfermedades y que entre sus métricas tiene la medición de los años de vida ajustados por discapacidad (por sus las siglas en ingles DALY, disability-adjusted life year), dio a conocer que el promedio mundial de DALY para psoriasis en 2010 se estimó en 1 050 660 y la mayor carga de la enfermedad se produjo en el grupo de 50-69 años de edad. El DALY es igual a la suma de los años vividos con discapacidad (YLD) y los años de vida perdidos (YLL). Un DALY es igual a un año perdido de vida saludable.