El presidente de la Comisión de Salud, diputado Elías Octavio Íñiguez Mejía, propuso exhortar a la Secretaría de Salud a revisar y actualizar la NOM-008-SSA3-2010, relativa al tratamiento integral del sobrepeso y la obesidad, toda vez que la misma resulta obsoleta a los procesos actuales de atención.
A través de un punto de acuerdo, también planteó someter dicha NOM a consulta pública, a través de los mecanismos dispuestos por la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), ya que de no encontrarse vigente, podría traer consigo su cancelación y eventual generación de una nueva Norma.
Pidió a la Secretaría de Salud que durante el proceso de revisión de la Norma tome en consideración la certificación obligatoria para los cirujanos bariatras, las indicaciones de la cirugía bariátrica y la vinculación con guías prácticas, a fin de garantizar las mejores condiciones de seguridad y eficacia para los pacientes que se someten a dicho proceso.
Íñiguez Mejía mencionó que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI, toda vez que esta enfermedad tiende a agravarse de manera paralela al crecimiento de la persona hasta llegar a la edad adulta, y sobrevendrán consecuencias como diabetes, padecimientos cardiovasculares, renales y del hígado, entre otros, cuyos tratamientos representan un gran costo.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición realizada en 2012 arrojó que para el grupo poblacional de mexicanos entre 5 a 11 años de edad, la prevalencia en general es de 34.4%, de la cual 19.8% tiene sobrepeso y 14.6% obesidad, es decir, 5 millones 664 mil 870 infantes.
Los adolescentes por su parte, que comprenden el grupo poblacional de los 12 a los 19 años de edad, tienen una prevalencia de sobrepeso y obesidad de 35%; 69.4% de las mujeres mayores de 40 años tienen una prevalencia de 69.4% y los hombres de 73%.
Se estima que el sector salud en México destina más de 45 mil millones de pesos anuales a atender las enfermedades relacionadas con sobrepeso y obesidad, además de generarse perdidas por cerca de 2 mil 500 millones de dólares en términos de productividad como resultado de las patologías.
El diputado relató que entre las recomendaciones de la OMS está una dieta saludable y actividad física. Una de las alternativas que se ha propuesto para atender la obesidad mórbida, es la realización de cirugías bariátricas.
Mencionó que los enfermos de diabetes han logrado, después del procedimiento, dejar el consumo de fármacos debido al cambio de hábitos de alimentación y a la actividad física, con lo cual han mejorado notablemente su salud; y quienes se comprometen con el tratamiento, adquieren confianza, con la finalidad de ser candidatos óptimos y reducir riesgos durante el procedimiento.
Actualmente, explicó, no es necesario estar certificado como cirujano bariatra para practicar este tratamiento. Dicha certificación es opcional. No obstante, dijo, se debe regular el proceso de esta cirugía, en aras de contar con certidumbre jurídica al respecto, por la salud y seguridad del paciente.
Un propósito que se busca con la revisión es adecuar y actualizar los criterios que se deben observar en materia de tratamiento y control del sobrepeso y la obesidad, así como los requisitos mínimos obligatorios que deben cumplir, tanto los establecimientos donde se atiende este padecimiento como el personal de salud autorizado, detalló.