noviembre 23, 2024

Disfrutar más de la vida

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Psicólogo Alejandro Silva
Psicólogo Alejandro Silva
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Búsqueda del equilibrio

Una de las principales características de los seres vivos es la constante búsqueda del equilibrio, de adaptación y de satisfacción; en otras palabras, todos los seres vivos tenemos en común la búsqueda de la supervivencia. Sin embargo, en términos generales, los seres humanos no estamos satisfechos únicamente con cubrir nuestras necesidades básicas como alimento, vestido y vivienda.

Para la inmensa mayoría de los seres humanos es importante convivir con otras personas, pertenecer a grupos, tener relaciones sociales significativas que les permitan querer y sentirse queridos, desarrollar actividades que les hagan sentirse útiles y creativos; es decir, los seres humanos no sólo buscamos sobrevivir, sino que, una vez cubiertas las necesidades más básicas, tendemos a buscar eso que conocemos como “felicidad”.

Ahora bien, la capacidad que cada persona tiene de disfrutar la vida, depende de muchos factores, entre los cuales destacan los biológicos, los sociales y los psicológicos o emocionales. Una vez que la persona tiene cubiertas sus necesidades básicas (biológicas), tenderá a buscar relacionarse con otras personas; por lo tanto, el contexto cultural y social en que ésta se desarrolle, influye, de manera determinante, en la forma en que serán sus relaciones sociales.

En este sentido, también influye el país en el que se nace, la religión de origen, el entorno familiar en el que crece, etc. En definitiva, todos estos factores determinarán, inicialmente, la forma en que una persona busca relacionarse con los demás.

La personalidad de cada persona, formada a través de su historia y experiencias, de su genética y de su entorno, entra en juego para determinar la forma en que cada quién buscará satisfacer su necesidad de ser feliz. Por ejemplo, dos hermanos nacidos en una familia tradicional católica, tendrán vidas adultas muy distintas y cada uno puede disfrutar de actividades muy diferentes.

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En términos más prácticos, se puede decir que los seres humanos tenemos que enfrentarnos a exigencias que provienen de muy diversas fuentes. Existen exigencias fisiológicas inevitables que debemos cubrir, enfrentamos exigencias sociales que dictan la forma en que debemos conducirnos en la vida y que delimitan las formas en que podemos actuar en una sociedad determinada. Además, nos enfrentamos a exigencias y deseos individuales que buscamos adaptar a nuestras vidas..

La incapacidad para cubrir adecuadamente todas las exigencias y deseos que tenemos, nos puede generar una sensación de caos, impotencia, tristeza o ansiedad. Si esta incapacidad de satisfacción de nuestros deseos es demasiado prolongada nos lleva a formas de vida que, hoy en día, son muy cotidianas como el estrés, la depresión, o la agresividad.

Es normal que, en ocasiones, nos sintamos frustrados y eso nos lleve a cualquiera de los estados de ánimo antes mencionados, pero cuando esto se vuelve algo cotidiano en nuestra vida, estamos ante un problema que pude ser muy grave. Es entonces cuando debemos detenernos un momento a replantear qué es lo que queremos y necesitamos para volver a disfrutar de nuestras vidas.

Un primer paso puede ser reflexionar acerca de nuestras actividades actuales y compararlas con las expectativas que teníamos antes de sentirnos tan frustrados; es decir, con lo que deseábamos alcanzar. De esta manera, quizá nos percatemos de que, finalmente, hemos tomado caminos muy distintos a los que, inicialmente, nos propusimos.

Posteriormente, podremos pensar en si es posible adaptar nuestra situación actual a lo que realmente queremos para nosotros. Al hacerlo, quizá nos enfrentemos a escenarios que no habíamos contemplado como es el caso de enfermedades, necesidades económicas, o cualquier otro tipo de crisis que nos afecte.

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Esto es, posiblemente, lo más complicado del proceso de alcanzar aquello que deseamos, pues, en ocasiones sentimos que no hay salida posible, lo que nos genera mayor frustración. Ante esta situación, es importante pedir ayuda a quienes están a nuestro alrededor o acudir con algún profesional.

Si logramos identificar los obstáculos que provocan que nos sintamos así, podremos enfocarnos en ellos, para poder superarlos con las herramientas que tengamos a nuestro alcance. De cualquier modo, es importante ser conscientes de que la felicidad no es un estado permanente; más bien se trata de algo que se alcanza pero que, posteriormente, cambia y hace que enfrentemos nuevos deseos y retos.

En definitiva, la vida no tendría tanto sentido si hubiese una meta predeterminada que alcanzar, el chiste de disfrutar la vida consiste en ir alcanzando los nuevos retos que surgen, por esto es importante tener siempre la suficiente capacidad de afrontarlos, cada quien a su manera y estilo. Quizá entonces sintamos la felicidad en el proceso de alcanzar nuestros deseos, más que al momento de conseguirlos.

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