Obsesión

Piensa en cualquier cosa excepto elefantes. ¿Estás pensando en elefantes? La mente humana funciona de modo que cuando se presenta frente a ti una idea que llama toda tu atención, se vuelve difícil quitarla de tu mente por más que quieras. En este caso te impusimos la idea de “elefantes”, pero en las personas obsesivas resulta mucho más complicado, puesto que la idea obsesiva viene desde su propia mente.

Una idea obsesiva u obsesión es una idea, impulso o imagen perseverante e intrusiva que es difícil de apartar de tu mente. La idea obsesiva no te permite desempeñarte en todas las demás actividades de tu vida. No te permite concentrarte porque es obstaculizante tener todo el tiempo en tu cabeza un pensamiento que no te deja en paz.

Un ejemplo sería alguien que no puede evitar preocuparse por haber dejado abierta la puerta de su auto o tal vez la llave del gas. A todos nos ha sucedido, eso no es de preocuparse, pero una persona obsesiva aunque regrese y compruebe que no fue así, puede dudar de si se fijó bien y regresar de nuevo a verificar otras veinte veces. Les puede parecer irracional y exagerado regresar a verificar tantas veces, pero eso no les evita preocuparse y sentir desesperación ante esta idea. Usualmente, lo viven como una idea externa que no los deja en paz. Se convierte en un ritual para ellos y no pueden evitar hacerlo la misma cantidad de veces y en los mismos momentos. A menudo las ideas obsesivas vienen acompañadas de compulsiones y rituales que buscan reducir la ansiedad. Son conductas repetitivas que tratan de “eliminar” el pensamiento obsesivo. A esto se le conoce como Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Sin embargo, muchas veces las obsesiones, que son las que provocan la angustia, se presentan solas. Un famoso caso del psicoanalista Sigmund Freud habla acerca de un hombre que encuentra una pequeña piedra en la calle. Teme que el carruaje de su amada pase por encima de la piedra y le provoque un terrible accidente. Consternado, quita la piedra del camino para después regresarla a su lugar luego de pensar que esa idea era ridícula.

Muchas veces se confunde el ser “perfeccionista” con ser “obsesivo”. Si bien muchas personas obsesivas son buenas para trabajar con extremo cuidado, algunos tienen dificultades en el ámbito social. Enfrentarse ante nuevas experiencias y nuevas personas les hace sentir que pierden el control y están en mayor riesgo. Por ejemplo, aquél que huye de los gérmenes, no podrá pasar un rato agradable fuera de su casa. No entrará un baño si no está seguro que está limpio o temerá tener contacto con personas que, tal vez, no se han lavado las manos. Además no todas las personas obsesivas tienen buen desempeño en su trabajo, algunas buscan tanto obtener buenos resultados, que pierden su valioso tiempo en pequeños detalles o son indecisos en sus decisiones.

Todavía no existe una causa precisa que describa el por qué de las obsesiones. Se ha averiguado que es común que aparezcan desde la niñez, aunque no siempre es así. Se ha detectado que, además de causas fisiológicas que pueden ir desde anormalidades en las áreas subcorticales del cerebro hasta diversos factores en el desarrollo, este tipo de personas tuvieron una infancia estricta e inflexible, en la que el deber se anteponía a todo lo demás; de ahí que sientan que la idea de hacer algo de manera incorrecta o equivocarse, lo perciban como un castigo. Asimismo, muchas obsesiones aparecen después de un evento importante.

Cabe señalar que así como existen muchos tipos de obsesiones, existen varios tratamientos para los obsesivos. Pueden tomar desde terapias breves y fármacos ansiolíticos, hasta psicoterapias de mayor duración que previenen o logran desaparecer los síntomas para siempre.

Las obsesiones pueden estar en todos nosotros, pero su intensidad y duración determinarán si son trastornos o sólo simples rasgos de nuestra personalidad. Lo más recomendable es buscar ayuda de un experto para que nos asesore acerca del tema y poder buscar una solución.