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Si hay algo en lo que generalmente no se piensa, es en la afectación que sufre el estómago ante el tratamiento de cualquier enfermedad, sobre todo en el caso de las crónicas, como lo es la artritis reumatoide.
La osteoartritis, la Artritis Reumatoide (AR) y el Síndrome Doloroso Regional Agudo, son las principales enfermedades reumáticas en México, y quienes las padecen con mayor frecuencia son los adultos mayores a los 75 años. Sin embargo, diversos estudios apuntan que la prevalencia se incrementa en mujeres mayores de 55 años.
Se sabe que el asunto se complica debido al abandono del tratamiento de enfermedades reumáticas debido a estas alteraciones gástricas, pues según se ha visto, algunas personas toman antiinflamatorios de manera indiscriminada.
El tratamiento entonces se complica debido a que la recuperación se alarga y es dolorosa, además de que aparecen efectos secundarios fuertes como gastritis, gastropatías y esofagitis. “Lejos de permitirnos un tratamiento adecuado, esto nos obliga a disminuir el número de medicamentos y utilizar otras medidas, como son la rehabilitación e inyecciones directas al cartílago, por ejemplo”, explica el Dr. Jorge Romo Rivera, cirujano traumatólogo ortopedista.
El problema con el estómago puede ir avanzando tanto hasta llegar a desarrollar una úlcera gástrica o duodenal por el medicamento. “Se acostumbra a recetar antiinflamatorios sin proteger al estómago y el tracto digestivo; esto es un grave problema que limita la duración del tratamiento reumático”, agrega.
¿Se pueden evitar estas complicaciones?
Uno de los factores más importantes para mantener bajo control este tipo de enfermedades es el diagnóstico oportuno hecho por especialistas. De lo contrario, la enfermedad puede ir alcanzando niveles muy avanzados que impliquen alguna deformidad en el cuerpo, lo cual a su vez, provocará la ingesta de una mayor cantidad de antiinflamatorios.
Además, la idea al contar con un tratamiento adecuado y oportuno, es evitar complicaciones que conduzcan a cirugía y el uso de dispositivos ortopédicos, pensando además, en los altos costos que todo esto involucra.
“Es de gran importancia su control si se considera que las enfermedades reumáticas afectan al 10 por ciento de la población mexicana, y son la principal causa de ausentismo laboral y discapacidad en el IMSS”, señaló.
“El apego al tratamiento se fortalece con terapias combinadas en las que se utilizan analgésicos como el naproxeno y, para controlar el reflujo, el esomeprazol: Una terapia combinada ayudará a los pacientes con enfermedades reumáticas, a controlar el dolor, la inflamación y a prevenir complicaciones de la enfermedad”, explicó Romo Rivera.
Otro de los elementos que es básico tomar en consideración durante el tratamiento de este tipo de enfermedades, es el control de otros factores de riesgo como lo es la obesidad, edad y género. “La obesidad es por sí misma una epidemia y es una enfermedad en el país, es la que tiene mayor impacto en la sociedad mexicana; por otro lado, la población mexicana es más vieja cada vez: la pirámide poblacional se ha invertido y, a mayor edad, mayor consumo de medicamentos. Sobre el género, 4 mujeres por un hombre, tienen predisposición a las enfermedades reumáticas”.
La importancia de la evaluación oportuna por un médico ortopedista o reumatólogo es vital para conocer las medidas que pueden servir para combatir el problema: “Como la educación del paciente, el ejercicio, seguir una guía de control de peso, y aspectos de tipo preventivo para el control de otras enfermedades como diabetes, hipertensión u obesidad”, concluyó.