El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con daño al tejido; esta sensación puede ser real o potencial. También sirve como mecanismo de defensa o supervivencia, de acuerdo a investigadores del Departamento de Farmacobiología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).
A pesar de que hombres y mujeres padecen de este mal, en ocasiones parece que son ellas quienes lo toleran mejor. Esto no quiere decir que soporten mayor sufrimiento, sino que ambos sexos se enfrentan a diferentes fenómenos dolorosos a lo largo de su vida.
En el caso del parto, los investigadores indicaron que el propio sistema sensorial prepara a la mujer mediante analgésicos internos que, conjugados con los que le receta el médico, disponen al organismo para soportar el sufrimiento.
Alonso Fernández Guasti, quien estudia la relación entre la ansiedad y el dolor en el Cinvestav Unidad Sur, ha descubierto que la disminución del nivel de ansiedad aminora el dolor.
“Pensamos que los fármacos que disminuyen la ansiedad (ansiolíticos) no tienen un efecto analgésico como tal, pero terminan disminuyendo el dolor porque la persona o el individuo está menos ansioso, entonces su percepción al dolor es menor y el umbral al dolor es mayor”.
Además mencionó que el dolor es exclusivo de la especie humana y tiene dos componentes muy importantes: uno físico y otro cognitivo o psicológico.
En los trabajos realizados en el centro de investigación, se ha descubierto que los fármacos actúan de diferente forma de acuerdo al género y a la edad de la persona, e inclusive pareciera que estos actúan mejor en el sexo masculino que en el femenino, aunque los experimentos continúan.
Por ejemplo se ha comprobado que la migraña, específicamente la que afecta a las mujeres, se reduce cuando entran a la menopausia. Lo anterior se debe a los cambios en las secreciones ováricas y a la importancia que los estrógenos tienen en este padecimiento, explicó Fernández Guasti.
Sobre los tipos de dolor, los investigadores coincidieron en que existen diversas clasificaciones, el médico lo puede ordenar en agudo o crónico, el paciente puede catalogarlo de acuerdo a la intensidad con que lo sufre, o también puede inscribirse si su origen es inflamatorio, neuropático (daño a las fibras que causan dolor) o funcional (cuándo no se sabe exactamente qué lo produce).
En referencia a si existe alguna relación entre el placer y el dolor, Vinicio Granados, Jefe del Departamento de Farmacobiología en el Cinvestav, afirmó que existe un área del cerebro encargada de estos procesos (recompensa, placer), y añadió que si bien hay interconexiones entre estas áreas, desde el punto de vista de la función primordial del sistema sensorial nococeptivo no se requiere que haya un nexo con el placer.
“El dolor tiene un componente desagradable en sí, que es lo que le da el carácter de aversivo y provoca que nos protejamos, como lo hacen todas las especies animales”.
Para el encargado del área de Fármacobiología, las denominadas clínicas del dolor funcionan, aunque ha diferencia de los países del primer mundo, en nuestro país nos existe un equipo interdisciplinario a cargo de este padecimiento.
En México, dijo, los pacientes son sólo tratados por los algólogos (especialistas del dolor), cuando ya han pasado por otros especialistas como anestesiólogos o traumatólogos, sin que conformen un equipo interdisciplinario.
En referencia al dolor emocional, Vinicio Granados declaró que este dolor es real. “La mayoría de las canciones están hechas para gente que sufre, que se le va la pareja, que se le muere la mamá, que pierde a los hijos, por lo tanto, el dolor emocional es tan real que si este padecimiento no existiera no habría compositores como Juan Gabriel o José Alfredo Jiménez”.
La farmacología es la ciencia que estudia los fármacos, entendidos estos últimos como todas las sustancias exógenas que tiene el organismo sobre receptores, o sobre otros aspectos de la fisiología humana o animal. Actualmente existen en el Cinvestav sede Sur dos laboratorios que se dedican exclusivamente al dolor como línea de investigación.
Con información del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav)